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LAUDIOKO 200 IZEN

Gure toponimiaren argi-ilunak

 

200 NOMBRES DE LLODIO

Luces y sombras de nuestra toponimia

 

 

 

Félix Muguruza Montalbán

 

1997 urteko “Laudiori buruzko ikerpen lanak” II. lehiaketan saritutako idazkia.

Laudioko Udala, Vital Kutxa eta Arabako Foru Aldundia erakundeek elkarlanean antolaturiko lehiaketa.

 

 

Obra premiada en el IIº Concurso de Trabajos de investigación relacionados con Laudio-Llodio” correspondiente al año 1997 y organizado en colaboración por el Ayuntamiento de Llodio, Caja Vital y Diputación Foral de Álava.

 

 

NOTA: Desde que se realizó el presente trabajo a la actualidad han sido expuestos por el autor una serie de cambios en las explicaciones lingüísticas de algunos nombres. En caso de duda o de mayor concreción, consúltese al autor por medio del correo electrónico.


PRÓLOGO

 

Decía el gran lingüista R.. Menéndez Pidal que las lenguas son como los ríos que en otoño portan las hojas caídas de los árboles. La mayoría siguen la corriente principal aunque, unas pocas, van quedándose atascadas en los rincones de las orillas. Por ello, las palabras y nombres no son fruto de la casualidad sino que siguen unas directrices superiores sin que ello suponga que no queden formas las cuales, inexplicablemente, han evolucionado a medias o lo han hecho de manera extraña. Y es precisamente eso lo que crea la gran variedad e infinita riqueza lingüística que posee el patrimonio de cualquier pueblo.

Encargadas de averiguar el porqué y las irregularidades de ese tesoro existen dos detectivescas ciencias: la toponimia -investigando los nombres de lugar- y la etimología -averiguando el significado de esos nombres-. Es éste y no otro el objeto del presente trabajo.

200 ha sido el número elegido para comprimir esa herencia. 200 nombres en los que se puede dar por incluida la práctica totalidad de la toponimia mayor: ríos, caseríos, barrios, montes, valles y, en consecuencia, parte de la esencia de nuestro pueblo.

A pesar del tamaño no muy extenso de la presente obra en ella se concentran -debidamente explicadas y acompañadas de oportunos ejemplos- la mayoría de las leyes fonéticas que rigen la toponimia de nuestro valle. Por ello, bien asimiladas, podrán hacer que el lector sin conocimientos previos en la materia resuelva la gran mayoría de topónimos que le aparezcan en su camino.

Pretende de otro lado el autor, que sea ésta una obra de consulta ocasional por no haber razón para sufrir leyendo, algo que puede llegar a empachar, por el mero hecho de intentar examinarla de un único intento.

De esta manera, bebiéndola sorbito a sorbito, disfrutaremos descubriendo la simplicidad y humildad de los nombres que básicamente hablan de los árboles, casas o accidentes orográficos.

Profundizando un poco más en este punto, no deja de ser paradójico el hecho de que la historia y cultura de todo pueblo se fragüe a dos niveles. De un lado, no llega la huella de las clases más influyentes y poderosas, con grandes hechos que ellos mismos se encargaron de acuñar en la documentación histórica.

En el otro extremo está el pueblo llano, esas gentes que escapan a toda gloria, sin pomposas genealogías. Pero su fruto, con el devenir de los tiempos, se nos aparece como innegable y forma parte ya más que de la Historia -la que se escribe con mayúsculas- de la cultura de un pueblo como es el caso que nos ocupa en el presente trabajo. Así, inconscientemente, acuñaron los nombres de lugar que superarían el paso de tantos y tantos años y que aquí analizamos.

Nunca sabremos quién fue aquel personaje llamado “Laudio” que dio nombre a nuestro pueblo o aquellos que bautizaron cada uno de nuestros montes o caseríos. Es mejor así. Con el encanto que emanan los problemas irresolubles… Con las luces y las sombras que ya pugnaban por este territorio mucho antes de que ningún ser humano lo habitara por primera vez.


LAUDIOKO 200 IZEN

-Luces y sombras de nuestra toponimia-

 


Como se comentaba en el precedente prólogo se han reunido doscientos nombres que abarcan la práctica totalidad de los nombres de nuestros valles, ríos, montes, barrios y caseríos.

Ordenados alfabéticamente para facilitar su localización, son examinados uno por uno dando la traducción aproximada correspondiente al castellano. Además se hace una especie de “disección quirúrgica” con cada nombre para poder entender no sólo su significado, sino el origen de éste.

Cada cambio fonético dado por la lengua se explica y se acompaña de ejemplos con el fin de evitar posibles dudas y facilitar su entendimiento. Como los citados cambios o informaciones fuesen en ocasiones tan repetitivos, a menudo se alude a la conveniencia de leer la explicación de otro nombre donde el obviado paso se explica con mayor detenimiento. Para ello se utiliza la fórmula (ver …) acompañada del número y el nombre a consultar.

En otras ocasiones las palabras que conforman el análisis irán precedidas del símbolo del asterisco (*), significando que son formas no documentadas o voluntariamente incorrectas en lo tocante a la normativa ortográfica y cuyo uso se estima imprescindible para facilitar el desarrollo de la explicación. Aparecerán también letras o palabras cerradas por paréntesis, significando que, aunque se proporcionen para un mejor entendimiento, podemos prescindir de ellas.

A pesar de las interesantes aportaciones que se realizan al campo lingüístico, no contamos en muchas ocasiones con la seguridad que nos otorgarían las formas más antiguamente documentadas, en su estado más puro posible, por lo que, en ciertas ocasiones, los resultados serán dudosos o imposibles de desentrañar. En dichos casos, se avisa de la duda, prefiriendo pecar de prudencia que de atrevimiento.

Por último, haremos una referencia a la lengua usada para publicar este trabajo. Ante la imposibilidad por problemas de espacio de realizar una versión bilingüe, se opta por el castellano por considerar que atraerá a más número de lectores y que son, los que no conocen el euskara, la gente más necesitada de una obra de este tipo, en la que se aportan traducciones a nombres mayormente euskaldunes.

Esperemos que la contradicción en la que caemos al hacer una publicación exclusivamente en castellano, notablemente opuesta al estilo que promulgamos, sea mínimamente compensada por el estudio que realizamos del euskara y sus posibilidades, animando en su profundización, quizá, a algún inquieto lector con ansias de un mayor conocimiento.

Aclarado lo cual, pasamos a analizar y a hacer comprender cada uno de nuestros nombres.


1. AGIRRE

El primero de los topónimos que examinaremos -si nos atenemos al orden alfabético- es Agirre, nombre que designa a un caserío situado en la zona de Gardeagotxi. En el plano lingüístico, sabemos que está formado por la raíz agir, “manifiesto, patente” origen a su vez de la variante ager -ambas de gran extensión toponímica-, y que hacen referencia a la notoriedad del edificio. En algunas ocasiones suele aparecer precedido de algún fenómeno atmosférico habitual en el lugar estudiado (ver 105. Izagirre). Pero no parece este nuestro caso sino una posición manifiesta y patente del caserío en cuestión: (casa) notoria, llamativa, expuesta. Para entender su significado no hay más que acudir a las actuales palabras del euskara agerri o ageri.

 

2. ALDAIKOERREKA

Así se designa el arroyo que, atravesando el barrio de Ugarte, recoge las aguas entre los montes Larraño y la zona del Yermo. Siendo su etimología la de el arroyo del (caserío) Aldai (formado por Aldai (a su vez derivado de alde “zona, lado)” + ko “de” + erreka “regato”), ha sufrido actualmente una de las mayores desviaciones lingüísticas que se han dado en nuestra toponimia pues su denominación habitual descuidada es la de Korreka.

Dejada esta curiosidad a un lado citemos, que el término erreka tiene su raíz en el latín recam, con el mismo significado. No confundir esto con un origen latino del topónimo.

 

3. ALPITXU

Con este nombre se denomina una pequeña cumbre que se desprende del Goikogane y que se hace notable, sobre todo, ante el barrio Areta. Su significado es el de henar, formado de albitz “heno” +-zu, sufijo este que denota cantidad y que es comparable al actual -tsu vasco.

De todas maneras, también es conocido como Cruz de Oleta en clara referencia a la cruz de su cumbre y al cercano caserío Oleta, cuyo significado se estudiará en el lugar correspondiente.

 

4. ALTAMIRA

He aquí un caserío cuya denominación tiene inequívocas raíces castellanas. No hay más que visitar dicho lugar para comprender el significado evidente de otero, atalaya. Nos resulta extraño el encontrar un topónimo con denominación en una lengua no euskérica y sólo puede ser atribuido al prestigio que daba la lengua castellana, con carácter de oficialidad, ante la vulgar y menospreciada lengua vasca.

 

5. ALTUBE

En este caso nos referimos a un nombre añadido a nuestra lista de nombres y que designa al río que desciende desde el monte de Altube, bastante alejado de nuestro término municipal y de donde toma su nombre. Dicho río no es otro que el que, entrando desde Orozko, atraviesa el puente de Anuntzibai y se junta en Areta con el Nervión.

Como decimos, no es un nombre que en origen se encuentre enclavado en nuestro valle pero merece una breve explicación etimológica. Se forma de la unión entre Altu “alto” + behe, “parte baja”, es decir, bajo el alto, en referencia al monte cargado de hayas y que tanto gusta de la niebla.

 

6. ALTUI

El citado conjunto de casas se sitúa en el extremo sur de Laudio, en la margen izquierda del Nervión y cercano al vecino valle de Luiaondo.

Su origen lingüístico parece similar al anteriormente expuesto y su significado sería el alto. Visitando el lugar observaremos la significante elevación que forma la carretera. Su evolución fonética sería la de Altua > Altue > Altui. Este cambio de la letra que conforma el artículo está forzada por la presencia de una vocal tan cerrada como la u. Fácilmente se comprenderá viendo cómo los actuales vascoparlantes de Orozko denominan ganadui al ganado: ganadua > ganadue > ganadui.

 

7. ALTZARRATE

Este bello topónimo tiene su composición formada de la siguiente manera: altza “aliso” + arrate “paso de piedras, de montaña” que a su vez se subdivide en (h)arr(i) “piedra” + ate “puerta, paso”. Otra opción, más rebuscada pero perfectamente aceptable, sería el hacerlo derivar de galtzada “calzada” + arrate, tomando el significado de el alto, el puerto de la calzada. En ambas soluciones, claramente se nos evidencia la presencia de algún camino, quizá de unión entre los caminos viejos de Areta con Gardea o con el antiguo barrio de Larra, punto éste a esclarecer en otro tipo de investigaciones.

 

8. AMEZTUIKO

Si nos atenemos a su significado podremos adelantar rápidamente que es el caserío del quejigal. El quejigo o tocorno es un árbol de la familia de los robles pero de menor tamaño y siendo muy profuso en nuestros bosques. La aparición que hace en la toponimia es bastante reseñable. Del mismo modo, en las lenguas que nos rodean es habitual y aparece con el nombre de carvallo o carvajo.

Pero hablemos de nuestro nombre. Su formación es ametz “quejigo” + tui, sufijo que denota cantidad, especialmente en plantas + ko “de”. Comentábamos que la partícula tui -o sus variantes dui, toi y doi- denotan cantidad y son auténticos arcaísmos lingüísticos; hoy en día se realizan por la posterior forma ti -o su variante di-. Por ejemplo actuales amezti, sagasti frente antiguos ameztui o sagardui.

Con el nombre de Ameztui también se conoce una zona de monte en la parte del Yermo pero no creemos que merezca una explicación especial por la similitud al topónimo en este apartado estudiado.

 

9. ANDETXAGA

Para ir quitando peso al posterior desarrollo podemos adelantar que la traducción al castellano de nuestro nombre sería el también topónimo castellano cepeda.

Su formación vendría de la fórmula *an(?) (raíz que hoy nos es desconocida) + due (<dui), colectivizador, especialmente de plantas (ver 8. Ameztuiko)” + za, sufijo pluralizante + aga, sufijo locativo.

Decíamos que la raíz hoy en día nos es desconocida pero no lo es en unión al segundo fragmento de los analizados ya que tanto andu, andue como andui significan cepa. Quizá por esa pérdida de significado se necesita de otro nuevo sufijo con la misma función y que es -za (comparar con, por ejemplo, iturriza “fuentes”, urkiza “abedules”, etc.). De la unión de dui + za hay más de un ejemplo que por problemas de espacio pasamos a obviar; sólo cabe decir que se da en la zona más occidental del euskara y que se trata de un muy notable arcaísmo (ver sobre Arespalditza en 17. Arexaldiaga).

Parece que en nuestro caso podemos ir más allá. Es necesario partir de una forma *anduei + za para que pueda evolucionarnos a -txa-. Somos conscientes de que es un tema algo árido, pero es necesario explicar que, especialmente en el vizcaíno, i + (t)z = (t)x, como en (h)areitz > aretx, (h)aitz > (h)atx. Sólo así podemos comprender que nuestro topónimo Andetxaga tenga que ser precedido por un *Andeizaga.

Respecto al sufijo -aga mucho se ha hablado, siendo nuestra opinión que no es sino la forma muy arcaica -y más anteriormente -aka- que ha dado lugar a nuestro actual artículo -a (ver 17. Arexaldiaga). No vemos la necesidad -y así lo desmiente la toponimia- de pensar en un pluralizante.

 

10. ANDIKOA

El nombre de Andikoa da nombre a tres de nuestros caseríos: uno en el alto barrio de Dubiris, otro en el cercano Isusi y, el tercero, en la zona de Goienuri.

A simple vista, el topónimo parece llevarnos a una referencia al tamaño bien de la casa, bien del propietario, pensando en (h)andi “grande” + ko “de” + a “el/la”. Pero el gran lingüista Koldo Mitxelena nos afirma con decisión que en estos casos el origen es (h)aindi “al otro lado”, para lo que pone unos clarificadores ejemplos. Ante tal evidencia y viendo lo apropiado en nuestros casos preferiremos esta segunda opción, es decir, la (casa) de al otro lado.

 

11. ANUNTZIBAI

Lope García de Salazar se encargó, en el siglo XV, de aclararnos el origen de este topónimo ya que nos habla de que dicho lugar y linaje significan “río de cabras” (de un antiguo *anuntz (> ahuntz) “cabra” + ibai “río”).

Para apoyar la tesis de que el actual ahuntz era antiguamente *anuntz disponemos, aunque fuera de nuestro territorio, algunos topónimos similares como Anunzarri. Ya con la -n- desaparecida documentamos un nombre similar al nuestro: Auncibay.

 

12. ARANE

Con Arane se denominan tanto el caserío como el arroyo que forma un pequeño valle al noroeste de Gardea. Probablemente el primero tomaría el nombre del valle cuyo contenido no puede ser más evidente ya que significa valle con origen en la palabra (h)arana. El paso de Arana > Arane quizá podamos explicarlo a través de las formas adoptadas al serle añadido algún otro elemento como Arana + ko > Araneko (ver esta distinción en 117. Kukuza pero 118. Kukuzekoatxa).

 

13. ARANGUREN

Pocos problemas nos presenta un nombre tan extendido en la toponimia vasca como el que da nombre a este caserío de Larra. Su disección arroja los elementos (h)aran “valle” + guren “límite, linde, fin”. Por lo tanto su significado sería algo así como límite de los valles.

En algunos trabajos publicados sobre etimologías de apellidos, se traduce como valle hermoso, confundiendo el segundo elemento con gurena de gura “querer” demostrando dudoso conocimiento en la materia.

 

14. ARANGUTI

Para la formación de este nombre interviene el nuevamente repetido (h)aran “valle” al que se le añade el término guti. El significado de este segundo componente no es de goiti “el de arriba” como pudiera pensarse a simple vista. Se refiere a guti “pequeño” de donde surgió el actual gutxi “poco”.

Para quien aún dude de tal afirmación aclarará sus dudas dando un paseo por nuestros vecinos municipios de Aiara y Artziniega, pudiendo comprobar cómo el pueblo Sojoguti se encuentra menos elevado que Sojo y, curiosamente además, es más pequeño, corroborándose así lo que aquí exponemos.

 

15. ARANTZAR

No parece muy apropiado pensar en un derivado de arantza “espino” por la terminación en -r.

Por el contrario, si lo evolucionamos a partir de (h)aran “valle” + za(h)ar “viejo” no se nos plantearán dichas dudas. Con este calificativo suelen denominarse los terrenos antiguos, opuestos a las nuevas roturaciones. O, más improbable, quizá apoye las tesis de quienes defienden dicho barrio como el lugar más primitivamente poblado de nuestro valle.

 

16. ARETA

Este barrio, que constituye la mínima altura de todo el territorio alavés, se dota de un nombre que, a pesar de su claridad, puede plantearnos dos soluciones, ambas válidas fonéticamente. Y el conocimiento del lugar tampoco nos saca de ninguna duda.

La primera de ellas es la de are(a) “arena” + eta, sufijo que denota pluralidad (ver 23. Atxeta), por lo que significaría arenal, muy posible por la presencia de los ríos Nervión y Altube. Similar a esta forma sería Areeta / Las Arenas, pueblo costero de Bizkaia.

La otra solución vendría dada por (h)aran “valle” + eta, es decir, los valles o semejante. Tampoco nos es difícil de entender si nos atenemos a lo anteriormente dicho, que allí se unen los ríos Altube y Nervión. Formas parecidas serían Aramendi, Araluze, etc.

Aunque desde aquí prefiramos decantarnos más por la primera, no hay nada que pueda aclararnos esta duda, al menos con cierta contundencia.

 

17. AREXALDIAGA

De nuevo acudimos a la zona de Larra, uno de cuyos múltiples caseríos es el portador de este nombre. Su traducción sería la de (la zona) de(l) (los) roble(s) alto(s). Aún lo veremos mejor de la siguiente manera: (h)aretx “roble” + altu “alto” (sabemos esto gracias a la documentación antigua donde siempre se documenta como Aresalduaga o similares) + aga, sufijo o terminación común en toponimia (ver 9. Andetxaga).

Como explicábamos anteriormente (ver de nuevo 9. Andetxaga) la forma (h)aretx proviene de (h)areitz. Además de su uso más conocido como roble, también se utilizó con el significado genérico de árbol: al parecer así se refleja en el Fuero Viejo de Bizkaia. Esta tesis queda apoyada por la formación de urreitz “avellano” a partir de urr “avellana” + (h)areitz “árbol”.

También decíamos que algunos autores se empeñaban en ver algún rastro de pluralidad en el sufijo -aga. Cosa bastante improbable en topónimos como Pagobakotxaga “haya solitaria” o similares. Preferimos pensar en una terminación que evoluciona aka > aga > a. El caso más cercano es el de Arespalditza, documentado en el s. XI y por primera vez como Arespaldiçaca. Pero es algo que se escapa al objetivo de este trabajo, por lo que lo dejaremos para una más apropiada ocasión.

La pronunciación descuidada y habitual de nuestro topónimo es Isaldiaga.

 

18. ARGATXA

El caserío Argatxa se sitúa en el barrio de Gardea y su significado es el de piedra mala, difícil. Su composición se da a través de la unión de (h)ar “piedra” + gatx “mala, difícil” + a(g)a “el/la”. Una vez más vemos como en la toponimia de Laudio se refleja un fenómeno normal en la órbita del vizcaíno y citado en anteriores nombres (ver 9. Andetxaga o 17. Arexaldiaga) consistente en el paso i(t)z > (t)x. De ahí que nuestro gaitz se nos refleje como gatx.

El final en -e -actualmente se pronuncia Argatxe- se produce por lo explicado más anteriormente (ver 12. Arane) ya que hasta hace un siglo siempre se documenta y se denomina Argatxa.

Si paseamos por la margen derecha del Nervión, desde los Caminos Viejos de Gardea, veremos la existencia de un gran afloramiento rocoso que nos hará entender a la perfección el significado de su nombre.

 

19. ARMURU

   Algo muy especial debió ser la construcción de un muro de piedra para que diese nombre a este caserío situado en la cuadrilla de Olarte.Como decimos, su significado viene formado por (h)ar “piedra” + muru “muro”, es decir, muro de piedra. No sabemos si dicho nombre hace referencia a algún cierre o a la composición del caserío ya que, como hemos comentado en algunas publicaciones de tema etnográfico, las casas y demás eran en un principio de madera para, posteriormente, introducirse la piedra en su obra. Quizá de la novedad y prestigio que supuso aquel cambio es de lo que nos habla este topónimo tan curioso. Actualmente está desaparecido.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

20. ASTOBIZA

El caserío Astobiza se encuentra en el barrio de Larrazabal a la derecha del camino que lleva del centro del pueblo hasta la ermita de San Juan.

El significado que en alguna ocasión se le ha dado de bosque de fresnos es algo totalmente inaceptable y nos recuerda el poco respeto que se ha tenido para con la lingüística. Pero su nombre encierra cierta dificultad ya que, incluso Mitxelena y algunos otros lo interpretan como los agujeros de los burros, de asto “burro” + (h)obi “agujero” + za, sufijo que denota pluralidad. Desde la primera impresión nos resulta una salida algo rebuscada y, realmente, no es un tipo normal de topónimo. Por ello, preferimos pensar en otra alternativa como Ast + (h)obi + za donde todo permanecería igual excepto el primer término que en vez de ast(o) “burro” sería (h)ax(t) “peña, roca” quedando su traducción como los agujeros de las peñas o canteras. No es nada improbable ya que si tenemos las variantes Aiztondo y Astondo -esta última en vizcaíno- con el mismo significado de al lado de la peña, perfectamente se entiende (h)aiztobiza > (h)astobiza o, mejor aún, (h)axtobiza (ver el paso de (h)ai(t)z > (h)a(t)x en 9. Andetxaga). La idea de canteras o agujeros para la extracción de piedras se nos refuerza si observamos que con (h)obi suelen designarse los “agujeros realizados artificialmente”. Así se refleja en kare “cal” + (h)obi “agujero” = karobi “calero” o en el similar har(ri) “piedra”+ (h)obi “agujero” = harrobi “cantera”.

Como curiosidad comentaremos que con dicho nombre se denominaba toda la zona pues la ermita de San Juan era llamada por los lugareños San Juan Astobizako.

 

21. ASUDIO

A rasgos generales podría decirse que la terminación -io es un buen indicador del origen latino de los nombres (ver 133. Laudio). Pero en nuestro valle se da un fenómeno muy curioso y es la transformación, bastante moderna, del sufijo -dui en -dio (ver 99. Isardio). Y este caso que nos ocupa es uno de ellos. Sabemos, además, que se documenta en épocas más antiguas como Asuduy, lo que nos aclararía totalmente tal duda.

En todo caso parece evidente que esté formado por asun “ortiga” + dio, sufijo de cantidad, especialmente para plantas y ya comentado (ver 8. Ameztuiko). Su significado sería el mismo que el castellano Ortigosa.

De cualquier modo la pérdida de la n en Asundui > Asudui > Asudio no debe ser generalizada pues, al menos en Oñati, existe un Asundui. Quizá pueda compararse a la pérdida de la -n- intervocálica como ardano > ardao > ardo “vino” o, más interesante, usun (<osin) “pozo” + luze “largo” = Usuluze, en Orozko.

 

22. ATXARTE

Esta zona del barrio de Areta se sitúa en la parte alta del camino que, viniendo de Bilbao, avanza hacia el centro de Laudio. Su situación en la ladera del monte Alpitxu quizá pueda aclarar algo más de su significado.

Su composición no ofrece duda y se compone de (h)atx “peña” + arte “entre, zona intermedia”, por lo que casi resulta innecesario citar su traducción: entre peñas.

De (h)atx < (h)aitz “peña” ya hemos hablado anteriormente (ver 9. Andetxaga) por lo que sobra cualquier comentario.

Simplemente queda la curiosidad de saber como sería dicho lugar para entender esta etimología que, con las construcciones, carreteras, etc., nos resulta difícil de imaginar.

 

23. ATXETA

En los confines de Laudio y también en el barrio de Areta, saludando a la vecina Bizkaia, se encuentra esta zona que, al menos lingüísticamente hablando, tiene gran similitud con la que anteriormente hemos estudiado.

Su significado viene de (h)atx “peña” + eta, sufijo pluralizante, es decir peñas o peñascal (para (h)atx ver el anterior 22. Atxarte).

Como añadido, digamos que la terminación -eta es de grandísima profusión en nuestra toponimia, documentada desde épocas antiguas. Comentábamos que da sentido de plural, de más de uno. Los ejemplos son múltiples: Zubieta, Mendieta, Iturrieta, etc.

 

24. ATZE

Caserío del barrio de Goienuri cuyo origen etimológico parece evidente y significa detrás, parte posterior. Comparar con el actual atzean “detrás”. Probablemente, en otro tiempo, iría acompañado de otros elementos como, al azar, atzeko etxea, de ahí atzeko y posteriormente atze (ver 12. Arane). Como caso muy similar, el nombre que a continuación examinamos (ver 25. Aurreko).

 

25. AURREKO

Caserío de Larrazabal cuyo caso es muy semejante al anteriormente examinado, exceptuando en su significado, totalmente opuesto. Así, en esta ocasión se forma con aurre “delante” + ko “de”, esto es, la (casa) de delante. Como nombre completo tenemos el topónimo y apellido tan extendido de Aurrekoetxea.

 

26. AZPIGORTA

Es este un caserío cuyo nombre aparece en los listados oficiales de casas rurales de nuestro municipio pero, desgraciadamente, su valor es puramente lingüístico por encontrarse totalmente arruinado. Se encuentra en la parte alta de Olarte e, incluso su localización, resulta difícil.

Ateniéndonos al nombre, dudamos de que la revisión hecha por este Ayuntamiento y encargada a Euskaltzaindia - Academia de la Lengua Vasca, fuese acertada en este caso. Nos explicamos. La pronunciación de todos los lugareños es la de Aspigorta mientras que en la documentación oficializada es Azpigorta. Y en la lengua eso puede llevar a multitud de errores ya que, mientras la primera es azpi “debajo” + gorta “corral, cuadra”, esto es la corraliza de debajo, la segunda opción es (h)ax (< (h)aitz) “peña” + be(h)e “debajo” + gorta “corral, establo”, es decir, el corral de bajo la peña, creyendo personalmente más aceptable esta última opción. Curiosamente, además, se encuentra en un lugar muy alto, en las faldas de Kukuzekoatxa o Elorritxugane. De hecho, sería muy extraño encontrar algún topónimo con el primer significado cuyo elemento inicial sea azpi-. La propuesta que aquí defendemos queda prácticamente zanjada al comprobar que en la documentación histórica se refleja como Aspegorta

Respecto al término gorta digamos que es una variante de korta -como apreciamos en las variantes Alkorta y Algorta- que a su vez proviene del latín cohortem,” lugar circular, cerrado”. De ahí derivan palabras como las vascas kortina o las castellanas Las Cortes o cortijo.

 

27. BALINTXA

Sería éste un topónimo de difícil resolución si no fuese porque conocemos que su forma documentada antigua es Balenchena. Por ello sabemos que se trata del nombre propio Balentzi (<Valentín), como se sabe de otros Balentxena de fuera de nuestros límites, convertidos además en apellido.

El sufijo -ena no es sino el actual -en “de” + a “el/la” del euskara. En este estado de las cosas, podemos afirmar, sin duda alguna, que significa la (casa) de Valentín. Esta fórmula es muy corriente: Perurena: “la de Pedro (Peru)”, Loperena “la de Lope” (ver también 79. Gasparena o 153. Nikolasena).

 

28. BALTXERREKETA

Lo que actualmente se conoce con el nombre de arroyo de Malkuartu -regato que bajando de dicho lugar vierte sus aguas al descendiente de Larrazabal en el término denominado Barbara- ya poseía su nombre castizo, encontrándose actualmente bastante en desuso. De él nos ocupamos a continuación.

A simple vista podría parecer que derivase de baltz “negro” + erreka “regato” + eta, sufijo pluralizante, es decir, los regatos negros. Pero nos plantearía la duda de la posición anómala del adjetivo “baltz” delante del sustantivo “erreka” (ver el orden normal en 61. Errekilun). La verdad es que es innecesaria dicha explicación pues sabemos a ciencia cierta (documentado “arroio de Balinchaerrequeta” en 1826) que se trata de una forma contraída de Balintxa (ver 27. Balintxa) + erreka ”regato” + eta, sufijo abundancial. Resumiendo, significa los arroyos de Balintxa.

A modo de curiosidad, comentaremos que la palabra erreka tiene su origen en el latín recam, de donde provienen los castellanos regato, regadío, etc. Una vez más advertiremos del peligro que supone, como ha sucedido muchas veces, de confundir esto con un origen latino de los topónimos.

 

29. BARBARA

Tenemos delante el primer topónimo que nos hace dudar seriamente. Tras muchas cavilaciones, parece ser que sólo disponemos de dos opciones. De un lado la derivada de (i)bar “vega” + be(h)era “parte inferior” resultándonos parte inferior de la vega. Pero se hace extraña la presencia de un behera en nuestra zona y, más aún, la conversión a bara. La segunda opción, a nuestro parecer la más aceptable, es el nombre de persona latino Barbara.

Bárbara es la versión femenina de Bárbaro, nombre propio de persona y que en origen designaba a la gente extraña al mundo romano. Dicho nombre fue a su vez tomado del griego, con el mismo significado de extranjero a lo helénico y que hace referencia despectiva al modo de hablar diferente de aquellas gentes.

Son varios los topónimos de origen latino enclavados en nuestro territorio y uno de ellos es, a nuestro entender, el que designa el lugar de confluencia entre los valles de Larrazabal y Malkuartu.

Dicho nombre lo adoptan los dos caseríos que allí se encuentran, diferenciados por ser conocidos, uno como Barbara Goiko (Barbara + goi “arriba” + ko “de” = Barbara de arriba) y el otro como Barbara Bieko (Barbara + be(h)e “abajo” + ko “de” = Barbara de abajo).

 

30. BASALARRINA

Si hay algún nombre que ha sufrido la gran decadencia de pasar de ser el punto más importante del pueblo a quedar en el absoluto olvido es éste.

En dicho lugar se celebraban las Juntas Generales del valle y era donde tomaban el cargo, tras hacer juramento, los alcaldes del pueblo. Y digo alcaldes por que al parecer se elegían dos cada vez. Su situación es cercana a la Herriko Plaza, a medio camino entre ésta y el antiguo palacio de los marqueses de Urkijo.

En su composición lingüística entran los términos baso “bosque” + larrin “era, plazoleta” + a “el/la”: la plazoleta o el claro del bosque.

Expliquemos el paso de baso > basa. En euskara, cuando entran palabras bisilábicas acabadas en -o en composición con otro elemento, su final se transforma en -a, como es el caso que nos ocupa. Como otros ejemplos, citaremos asto + keria = astakeria, arto + buru = artaburu, disko + etxe = diskaetxe, baso + jaun = basajaun etc.

Dejando a un lado esta curiosidad fonética, esperemos que este modesto trabajo aporte su granito de arena para intentar recuperar el nombre Basalarrina al que tan mal trato hemos dado.

 

31. BASOZABAL

Camino a la zona alta de Larrazabal, existe un caserío en la zona donde el terreno se abre más y que nos hace comprender rápidamente la etimología de este nombre, pronunciado Basabal por los lugareños.

Su evidente origen es baso “bosque” + zabal “amplio, ancho”. Sobra decir que el resultado es bosque ancho. La belleza del lugar va acompañada por un magnífico bosque de especies arbóreas autóctonas que hace que, como no ha sucedido con la mayoría de los topónimos, guarde gran fidelidad al origen de su nombre.

 

32. BAZAURBE

Una vez más continuamos sin entender por qué, siendo la pronunciación habitual Basorbe, se ha oficializado, arbitrariamente, la forma Bazaurbe, con -z-, cuando el primer componente es inequívocamente baso “bosque”.

A simple vista, puede ser tanto parte baja de la delantera del bosque, extractado de baso “bosque” + aurr(e) “delante” + be(h)e “parte baja”, como solar del bosque, a través de baso “bosque” + or(u/i)be “solar, terreno” (ver 162. Orbeko).

A pesar de ello, algo me hace pensar en la primera opción como válida, máxime si comparamos con apellidos y topónimos conocidos como Bidaur / Bidaurre, Zuraur / Zuraurre

 

33. BAZTERZARRA

Camino del centro del pueblo hacia el barrio conocido como Lusurbeilanda toparemos un caserío renovado que es el titular del nombre que analizamos.

Su origen lo da la composición entre Bazter “rincón, orilla” + za(h)ar “viejo/a” + a “el/la”. Su explicación no sería muy lógica si nos atenemos al resultado: el rincón viejo.

Pero sabemos que en épocas antiguas con bazter se denominaban los terrenos adjuntos a la casa. De ahí que el nuevo resultado, más aceptable, sea el de la posesión vieja, quizá frente ante algún bazter barri que desconocemos. En cualquier modo, la pronunciación actual es la de Bastersar.

 

34. BEASKOA

Caserío de Larrazabal cuyo significado es la (casa) de abajo, obtenido a partir de be(h)eas “parte baja” + ko “de” + a “el/la”.

Es curiosa la variante be(h)eas en lugar de be(h)e, al igual que sucede con goi = goias (ver 81. Goiaskoa). Curiosamente suele ir precediendo a -ko, al menos en casi todos los casos que conocemos, aunque observemos alguna excepción (ver 90. Goribiasti). Y es imposible que se trate de una variante local ya que tenemos en nuestro municipio tanto Beaskoetxea / Behekoetxea como Goiaskoa / Goikoa. Si bien el significado es el mismo, desconocemos el pequeño matiz que aportaba tan sonoro elemento.

 

35. BEASKOETXEA

Este nombre identifica a un caserío sito en el elevado barrio de Isusi. La explicación correspondiente es la misma que en el caso anterior (ver 34. Beaskoa) si bien en este caso aparecen en él los términos etxe “casa” + a “el/la”, de donde deducimos el significado de la casa de abajo.

Curiosamente, en el mismo barrio tenemos otra Bekoetxea por lo que sus significados han de tener alguna pequeña diferencia que, como comentábamos, desconocemos.

 

36. BEAZKO

Caserío situado en la ladera del monte Mostatxa en el término de Odiaga. Poco más se puede aportar a este caso sino repetir lo comentado en anteriores topónimos (ver 34. Beaskoa). Su significado sería (casa) de abajo.

Pero, una vez más, nos encontramos ante un grave error: la forma oficial es Beazko mientras que la etimología y su pronunciación local -se conoce como Biasko- nos indican lo contrario: Beasko.

 

37. BEKOA

Caserío enclavado en el término de Goienuri y cuyo significado es la (casa) de abajo, fácilmente comprensible partiendo de be(h)e “parte baja” + ko “de” + a “el/la”. Comparar, si cabe, con otros similares (ver 34. Beaskoa y 36. Beazko).

 

38. BEKOETXE

Como podemos observar en estos últimos casos, nuestra toponimia es puramente descriptiva y de nuevo se nos presenta un nombre similar a los anteriores.

Analizándolo, obtenemos be(h)e “parte baja” + ko “de” + etxe “casa”, es decir, casa de la parte de abajo.

Con este nombre se conoce un caserío de la zona de Olarte y otro del barrio de Isusi, cuya variante Bekoetxea se incluye aquí mismo por su similitud. La única diferencia estaría en el artículo -a “el/la” del final de la palabra significando así la casa de abajo.

 

39. BELDIO

Este caserío, autentica atalaya sobre el valle y asentado en las alturas de las laderas de Mostatxa, posee uno de los más enigmáticos nombres que en este trabajo se analizan y que hacen comprender el subtítulo de esta publicación, refiriéndome especialmente al apartado de sombras de nuestra toponimia.

Como ya apuntábamos anteriormente (ver 21. Asudio) la terminación -io generalmente nos conduce a un antiguo -dui, pluralizante aplicado especialmente a plantas o a una terminación de nombre de persona latina -io o -i(an)o.

Hasta nuevas noticias, no nos convence la primera opción.

Sólo queda una complicada derivación -aunque perfectamente viable- que estimamos conveniente exponer. Existe un nombre de origen visigodo, Belati, que fue bastante común en nuestra provincia a principios de milenio y cuyo origen -según el lingüista A. Irigoien- es un hipotético nombre latino *Vigilatius, nunca documentado. Por nuestra parte, creemos más apropiado hacerlo proceder de Vilatius, éste con existencia y documentación probada.

Si de aquel supuesto *Vigilatius nos surgía Belati, no vemos ningún problema para conseguir *Belatio del conocido Vilatius (algo similar sucede en 133. Laudio).

Viendo por otra parte, que el actual topónimo se acentúa en la primera sílaba, *Béldio, suponemos que en latín lo haría también de esa manera, es decir, Vílatius.

Como sabemos, es normal que desaparezcan las vocales de la siguiente sílaba por debilitarse ante la explosiva carga del acento anterior, como por ejemplo, *Gallárga < Gallárraga (ver 73. Gallarraga o 107. Jinkoene). No es extraño entonces que, por dicho motivo, avancemos de Bélatio a la forma *Béltio, cuya t, tras la l se convierte en d (como Larrazabal + tik “lugar de procedencia” = Larrazabaldik “desde Larrazabal”), obteniendo la forma Beldio actual.

 

40. BENTA

Con el nombre de Benta o La Venta se conocen dos casas de nuestro pueblo, una en el barrio del Yermo (ver 80. Gazteluzar) y otra, recientemente desaparecida por las obras de circunvalación de Luiaondo, en el extremo sur de nuestro territorio, estratégicamente colocada en el cruce de caminos a Olarte, Luiaondo e Isardio. Esta última se conoció como Venta del Espíritu Santo.

El origen de su nombre es el de un parador o posada en los caminos para hospedaje de viajeros. A pesar de lo delatador de sus nombres, nadie recuerda su antigua función.

 

41. BERAZA

Topónimo cuyo significado es el herbazal. Su desarrollo sería beratz “herbazal”, en vizcaíno + a “el/la”. El primer término lo podríamos subdividir en berar “hierba” + za, sufijo pluralizante.

La palabra berar es una de las variantes -junto con bedar y belar- para designar “hierba”.

 

42. BERRIGOIKOA

Su origen es berri (o) +goi “parte alta” +ko “de” + a “el/la”. Por tanto significa la (casa) de “Berri(o)” de arriba cuyo extraño nombre explicamos a continuación (ver 43. Berrio). Su primer componente ha de ser Berrio y no berri por documentarse hasta hace un siglo como Berriogoicoa.

 

43. BERRIO

Es una etimología un tanto dudosa. Para algunos autores como A. Irigoien su origen sería el nombre de persona Ferrino. Otros proponen una derivación de la palabra barrio, teoría bastante dudosa. Para algún otro, se explica a través de la palabra vasca berro, berrio, de gran extensión en la toponimia, en cuyo caso, berrio (similar a los Berrioplano, Berriosuso, Berriozar, Berriozabal, etc. navarros) sería la denominación de las “roturas o tierras que se preparan para ser labradas por primera vez”. Conociendo lo cual, no vemos ninguna dificultad para adoptar por buena esta última alternativa. El paso de berri a berrio puede ser similar al que se explica en el nombre Larraño (ver 129. Larraño).

En cualquier caso, tampoco podemos olvidarnos de la existencia de un nombre de persona latino, Berrius, que pudiera ser perfectamente válido para su origen.

 

44. BIDEBARRIETA

Es una remodelación del nombre castellano Caminos nuevos -frente a los Caminos viejos- hecha sin duda de una manera acertada. Además, y probablemente desconocido cuando se rebautizó este topónimo, su existencia histórica anterior es innegable: Bidebarrieta (1876). Es más que fácil incluso que este tipo de topónimos hubieran existido antes. Su formación se hizo a través de bide “camino” + barri (<berri) (ver 67. Etxebarri) “nuevo” + eta, pluralizante muy abundante en toponimia.

 

45. BIDEBARRIKOA

Este nombre hace referencia a un caserío situado en los Caminos nuevos. Para comprender su significado observaremos el ejemplo anterior (ver 44. Bidebarrieta), igual excepto en el final, formado por ko “de” + a “el/la”. Su significado la (casa) del camino nuevo.

 

46. BIDEZAHARRETA

Ejemplo de total similitud a los anteriores (ver 42. Bidebarrieta), salvo que en esta ocasión el adjetivo barri se ve sustituido por su antónimo za(h)ar “viejo”, cambiando radicalmente su significado: los caminos viejos.

 

47. BISARRENA

El final -ena (<-enea) “la (casa) de”, como veíamos anteriormente (ver 27. Balintxa), no deja lugar a dudas. Sin embargo, esta terminación se aplica a seres animados por lo que, como apreciaremos, resulta un caso extraño en la toponimia vasca. Esta hipótesis quedará reforzada ante la existencia de algún otro caso como Kaudalena (ver 115. Kaudalena) o el nombre Txurrena que, aunque no se analice en este trabajo, deriva -a decir de sus moradores- de Intzaurrena (intzaur “nogal”). Curiosamente, todos estos extraños ejemplos nos aparecen en los márgenes del Nervión.

Ocupándonos ya del caso a examinar, los primeros elementos son bi(de) “camino” + za(ha)r “viejo”, es decir, con un significado final de “la (casa) del camino viejo”, muy apropiado si sabemos que dicha zona se conoce actualmente como “Caminos Viejos”.

Respecto a la utilización de bi en lugar de bide, podemos encontrarnos ante un arcaísmo lingüístico, máxime si lo comparamos con otros ejemplos: ibi “vado” de *i “agua” (ver 99. Isardio) + bi(de) “camino” o zubi “puente, a partir de zur “madera” + bi(de) “camino”.

 

48. BITORIKA

Nos enfrentamos a un topónimo extraño a nuestra lengua vasca. Son muchas las vueltas que se le han dado a la terminación -ika. En nuestra opinión debe tratarse de una reducción del sufijo posesivo indoeuropeo -iaka del cual surgieron tanto -iaka (Arsenius + iaka :> Arseniaka > Arseniaga, la actual Artziniega o Mariaka en Amurrio a partir de Marius + iaka) como sus reducciones en -ika. Por ello, en nuestro caso suponemos un origen en Victorius + ika > Victorica > Bitorica. Un ejemplo cercano y similar es el de Deli(us) + ika > Delika. De este mismo tipo son Maior + ika > Maiorica > Mallorca o Minor +ika > Mirorica > Menorca. De los muchos ejemplos europeos o incluso africanos que hemos estudiado en la mayoría -como en los casos aquí expuestos- se basan en un radical formado por un nombre latino y dentro de la extensión geográfica histórica del Imperio Romano, por lo que bebemos pensar en un influjo lingüístico de esta época. Por ello nuestros lingüistas han chocado una y otra vez con una barrera infranqueable para explicar a través del euskara nombres como Gernika, Gabika, etc. fácilmente resolubles por el camino que aquí proponemos.

El citado -iaka también se redujo a -aka, que del mismo modo nos resuelven nombres hasta ahora imposibles como Mundaka, Apodaka, etc.

 

49. CADENA, LA

Punto de encuentro entre Areta y Orozko. Su antiguo nombre es La cadena de Rivas, en referencia a la cadena antaño existente para cobrar el peaje de mercancías de mano del linaje Rivas, con solar asentado en aquella zona.

 

50. CASABARRO

Curioso nombre en que se nos hace referencia a importancia que debió tener aquella casa en la cual, siendo lo normal la madera o la piedra, fue construida con barro o adobe. No deja de ser interesante que el nombre sea en castellano precisamente en una zona en la que este fenómeno se repite (ver 4. Altamira y, a continuación, 51. Casille).

 

51. CASILLE

Dejando a un lado lo que anteriormente citábamos por ser éste también un topónimo en castellano, digamos que su significado es el de casilla, casa pequeña. A pesar de ello, es patente una influencia del euskara en su forma, evidenciada en su final en -e, acaso debido a la unión con -ko (ver 12. Arane) o por influencia de la cercana -i-, al igual que sucede con ardia > ardie.

 

52. DUBIRIS

Este alto barrio se denomina con uno de los topónimos más oscuros de los que disponemos. Su origen puede deberse a varias opciones, ninguna de la cual tiene la suficiente firmeza como para superar la categoría de mera sugerencia. La primera sería una forma creada por (i)du(i) “charco” al igual que sucede en Idubaltza > Dubalza. La segunda podría deberse a una metátesis vocálica -cambio de posición de las vocales, bastante habitual en las evoluciones lingüísticas- resultando Dubiris < Diburi, con un final conocido de -uri “aldea” quizá unido a un nombre de persona (ver 56. Ellakuri) que somos incapaces de reconocer. Otra de las opciones sería la unión de di (<dui), sufijo colectivizador + za, sufijo con parecida aplicación, de cuya unión, en varias ocasiones surge -iz o -is, similar a la parte terminal de nuestro topónimo. Por último citaremos la posibilidad de estar formada por un final en -iri “cerca”, como en Zubiri “cerca del puente” (zubi + iri), atari “portal” (ate + iri) o elizari “pórtico” (eliza + iri). En cualquier modo, su final en -is (ver 170. Rebis) nos desorienta.

 

53. EGI

Aunque hoy en día no sea usada habitualmente, la palabra (h)egi significaba “ladera” por lo que su traducción resulta evidente.

 

54. ELEXAGOITI

Su significado es encima, en la zona superior de la iglesia. Sus componentes son tanto elexa < eleiza “iglesia”, cuyo paso ya está comentado (ver 9. Andetxaga), como por goiti “parte alta” formado a su vez por goi “arriba” + ti, sufijo que suele aparecer reforzando a los nombres de lugar, como vemos en Beitia, Urrutia

 

55. ELORRITXUGANE

Cumbre del macizo de Arrola cuya traducción es alto de los espinos formado por gane “alto, cumbre” y elorritsu “zona abundante de espinos”. Este último proviene de elorri “espino” + tsu, sufijo abundancial similar al ya analizado -zu.

Otra opción es que estuviese formado por elorri “espino” + txu, diminutivo, solución ésta que estimamos como menos probable. En cualquier modo, esta cumbre también se conoce como Kukuzekoatxa, cuyo nombre analizaremos posteriormente.

 

56. ELLAKURI

Una vez más nos topamos con un topónimo de difícil resolución. Por un lado su final nos es conocido, (h)uri, variante occidental de (h)iri “poblado, aldea”. Yendo en la parte posterior del nombre, suele acoplarse a algún nombre genérico, como Basauri (de baso “bosque” + uri “poblado”) o a un nombre propio. Un ejemplo de esta posibilidad sería Enekuri (Eneko, nombre de persona + uri “poblado”).

En cualquier modo, no logramos ubicar este primer componente *Ellak- por ninguno de los caminos citados.

 

57. ENEKOENE

Caserío de Olarte formado por Eneko, nombre propio de persona que posteriormente daría el castellano Iñigo (ver este proceso en 107. Jinkoene), más la partícula -en(e)a “la (casa) de” como ya veíamos (ver 27. Balintxa). Por lo tanto significaría la (casa) de Eneko. Su pronunciación habitual vulgar es Nekuene.

 

58. ERKIZA

Comenzando por el final, reconocemos la partícula -za que significa “abundancia de…” (ver 9. Andetxaga). Respecto al primer elemento, Azkue, en su prestigioso diccionario -único lugar donde lo documentamos- sólo nos dice que erki significa “un arbusto”, sin poder reconocer nada más. Otra de las muchas palabras que salvó del olvido aquel tan gran lingüista. Su traducción sería zona de arbustos llamados erki (cuyo verdadero significado desconocemos). Un topónimo similar a éste es Erkiaga.

 

59. ERLETXE

Situada en la zona de Olako este nombre tiene un vistoso significado: casa de las abejas, formado a través de erle “abeja” + etxe “casa”, probablemente por la explotación apícola que hubo de existir.

 

60. ERREKAKOA

Nombre compuesto de erreka “regato” + ko “de” + a “el/la”, es decir la (casa) del regato. Aunque en su origen la palabra erreka proviene de reca(m) (ver 28. Baltxerreketa), evolucionó a erreka -caso similar al de rota(m) > errota “molino”- por resultar sonido extraño en la lengua vasca la r- inicial. Pero posteriormente, esta vez influenciada por las modas del castellano, desaparece el sonido e-, como sucede con Rigoitia, de herri “pueblo” + goitia “alto”. Por ello, aún, en nuestro municipio su pronunciación castellanizada es Rekakoa.

 

61. ERREKILUN

Pequeño arroyo que hace las veces de límite entre Laudio y Luiaondo (Aiara). Su origen es erreka “regato” + ilun “oscuro, sombrío”, es decir arroyo umbrío, probablemente por lo encajonado del lugar. En su pronunciación, se realiza ilun y no illun, característica ésta del dialecto vizcaíno, como en mutile y no mutille.

De otro lado, hoy en día, su pronunciación habitual es Rekilun (pero documentado Errequilun en 1876), por las razones más arriba comentadas (ver 60. Errekakoa).

 

62. ERREMENTERIA

Mal denominado Rementeria -aparece como Errementeria hasta 1826- (ver 60. Errekakoa), su nombre hace referencia a aquellos pequeños talleres donde se trabajaba el metal, especialmente clavos, herraduras, etc. siendo de un nivel inferior a las ferrerías, donde se fundía el mineral. Su equivalente al castellano sería fragua, existiendo varias en nuestro pueblo hasta no hace muchos años.

 

63. ERROTATXU

Casa cuyo nombre hace referencia a la existencia de un molino pequeño, de errota “molino” + txu, diminutivo.

La palabra errota proviene del latín rota(m) de donde el castellano obtendría, posteriormente, rueda. Hace, por tanto, mención a las muelas o piedras de molino.

La pronunciación habitual del nombre es Rotatxu por lo anteriormente explicado (ver 60. Errekakoa). A pesar de ello, se ve una gran duda histórica ante tal sonido inicial pues documentamos un Rotachu en 1894 que el mismo escriba corrige por encima para poner Errotachu.

 

64. ERROTAZAR

Nombre similar al anterior y formado a través de errota “molino” + za(h)ar “viejo”, traduciéndose pues como molino viejo. También en esta ocasión su pronunciación Rotazar nos lleva a lo anteriormente expuesto (ver 60. Errekakoa).

 

65. ESTARTAKO

Nombre curiosísimo y complicado a primera vista. Decimos a simple vista porque, ahondando en él, no plantea ningún tipo de problema. Se forma a través de estarta “estrada, vericueto” + ko “de” y su significado es (casa) de la estrada. Su nombre nos habla de un antiguo camino de monte, probablemente usado por arrieros, situado en la margen derecha del Nervión. Efectivamente, se repiten a este lado del río los referentes a este camino, tanto en nuestro pueblo como en los adyacentes (ver 179. Tardamonte). Por la situación de los topónimos, bien podría tratarse una estrada ocupada actualmente por la vía férrea.

 

66. ETXE SANTUA

No menos curioso es el nombre de esta casa del barrio Katuxa-Ibarra. Su significado evidente, aunque ignoramos el porqué, es de la casa santa, tomado de etxe “casa” + santu “santa” + a “el/la”.

Pero mientras no dispongamos de evidencias históricas que den un sentido a tan extraña denominación podemos sugerir, al menos, la posibilidad de que el segundo componente santua sea derivado de saltua. Variantes tan abundantes en la toponimia como santua, sautua saltua o zaldua no son sino “bosque” tomadas del latín saltu(m) con idéntico significado. Del mismo origen el castellano forma el nombre soto. El significado de nuestro topónimo sería, si diésemos por válida esta segunda opción, la casa del bosque.

 

67. ETXEBARRI

Topónimo muy habitual en cualquiera de los pueblos de nuestro país. Por ello designa tanto a un caserío de la zona de Berrio como a otro de Olarte.

Hace referencia a las nuevas construcciones, significando casa nueva, de etxe “casa” + barri “nueva”. Su equivalente en castellano sería el nombre Casanova.

Respecto al segundo componente, barri, tiene su origen en berri, si bien, en vizcaíno, al encontrarse la e ante la r doble tiende a hacer a, como sucede en txerri > txarri, gerriko > garriko, etc.

 

68. ETXERRE

Nombre compuesto por etxe “casa” + erre “quemada”, significa casa quemada.

Como curiosidad digamos que los incendios eran algo muy habitual en los antiguos caseríos, máxime cuando se construían totalmente en madera y el humo, al carecer las casas de chimeneas, buscaba su salida a través del camarote habitualmente lleno de algo tan inflamable como la paja.

 

69. ETXERU

Siendo su primer componente tan claro como etxe “casa”, sólo encontramos solución al segundo término gracias a la documentación histórica donde, hasta hace no demasiado, aparece siempre como Echeoru. Por ello sabemos que se trata de etxe “casa” + oru(b)(e) “solar” (ver 162. Orbeko), es decir “(el) solar de la casa”.

 

70. ETXETXIKERRA

El topónimo que nos ocupa significa la casa pequeña, compuesto de etxe “casa” + txikerra “pequeña”, adjetivo éste sinónimo del habitual txiki pero de uso en el dialecto vizcaíno.

 

71. ETXEZARRE

Una vez más se nos repite el término etxe “casa” al que acompaña za(h)ar “vieja” + e (<a) “el/la”. Su evidente significado sería pues, la casa vieja en oposición a Etxebarri (ver 67. Etxebarri).

El adjetivo zaharre debía ser zaharra, paso cuyos motivos ya han sido comentados anteriormente (ver 12. Arane).

 

72. GALMAKA

Este extraño nombre del barrio de Larra no cuenta con ninguna explicación conocida. Por nuestra parte, creemos resolver tal complicación haciéndolo proceder de galbar “calva del terreno” -apellidos documentados de este origen son Galbarriartu, Galbarruri, Galbarra, etc.- más el antiquísimo sufijo -aka, equivalente a nuestro entender al actual artículo -a “el/la” (ver 9. Andetxaga y 17. Arexaldiaga). Por ello su traducción sería la calva del terreno.

La alternancia m/b entre nuestro nombre, Galmaka, y la solución planteada galba no nos plantea ningún problema si comparamos con Bolueta < molino + eta, Mainueta < bainu + eta, Mañaria < Balnearia, etc.

Otras soluciones menos convincentes podrían ser relacionarlo con gal- (< variante de gari “trigo” cuando se presenta en composición) o atribuirlo, simplemente, a un derivado de nombre de persona.

 

73. GALLARRAGA

Aunque no se encuentre en terreno de Laudio, es un bello referente visual desde cualquier punto de nuestro valle, por lo que se incluye en este trabajo. Se trata de esa montaña de forma piramidal que, acomplejada por su menor altura, se inclina humillada ante el gran Ganekogorta.

Su nombre proviene de gal(h)ar “leño muerto en un árbol” + aga, sufijo locativo (ver 9. Andetxaga). Así su traducción sería lugar de los ramas secas en los árboles, aunque -así se documenta al menos en Nafarroa- también designa los lugares permitidos por los ayuntamientos para la extracción de la madera seca. Esta última supongo será la traducción más adecuada.

Respecto a su acentuación, actualmente se realiza mayoritariamente la incorrecta *Gallarrága aunque los lugareños la realizan *Gallárraga, por lo que se explica la forma vulgar habitual Gallarga, cuya vocal no hubiese desaparecido de haber cargado con la fuerza del acento.

 

74. GALLARREKO

Como en el caso anterior tenemos un componente gal(h)ar “rama seca del árbol” (ver 73. Gallarraga) y otro de localización ko “de”, por lo que su significado es (casa) de Gallarra, y esta a su vez de Gallar + a(g)a, lugar de las ramas secas.

Tanto en este caso como en el anterior vemos un curioso fenómeno típico del occidente vasco: -l-> -ll-, reflejado en los pasos de galarraga > Gallarraga como de zabala > Zaballa o de Ulibarri > Ullibarri.

 

75. GANEKOGORTA

Tampoco esta cumbre, la más alta de nuestras cercanías, se encuentra dentro de nuestro municipio. Pero la afluencia de laudioarras así como el que se sienta como algo nuestro, la hacen merecedora de estar en el presente listado de nombres.

A través de gane “cumbre” + ko “de” y gorta “cabaña, corraliza” (ver 26. Azpigorta) obtenemos la traducción el corral de la cumbre.

Es al menos curioso cómo se realiza gane -normal en la extensión del vizcaíno- y no gaina (gaña) o gaine (gañe), tan abundante en otras provincias.

 

76. GARATE

En toponimia vasca, con idéntico significado de altitud, tenemos las raíces go (goitia, gora…) y ga (gaina, garaile…). En esta segunda opción incluiremos el gara “lugar alto” de nuestro topónimo al que acompaña ate “puerta” y con un significado resultante de puerta de lo alto o, mejor, puerto de montaña. Por ello este nombre designa al barrio situado en lo más alto de la carretera Laudio / Okondo y que a su vez hace de límite entre ambos pueblos.

 

77. GARDEA

No hay ninguna explicación irrefutable para el nombre de este bello barrio. Quizá debiera relacionarse con ga “altura” (ver anterior 76. Garate), más aún sabiendo que en pueblos cercanos se documenta varias veces Garbea < gar “alto” + be(h)e “parte baja” + a “el/la”, es decir la parte baja de la altura o montaña.

Pero también cabe la posibilidad de estar formado por algún nombre de persona que desconocemos, como sucede con Gadea en Sta. Gadea del Cid (Burgos). Desde aquí se quiere lanzar la plausible hipótesis que lo hace derivar del nombre latino conocido Cardius, tanto a través de su femenino *Cardia o de su posesivo *Cardia(n)a, con pérdida de sonido nasal intervocálico. Pero mientras tanto es y será una de las sombras de nuestra toponimia.

 

78. GARDEAGOTXI

El primer componente no hace referencia a alturas ni a nombres desconocidos sino al mismo barrio de Gardea.

Respecto a gotxi, se nos plantea una gran duda: puede ser una variante de goiti “arriba, zona superior” o de guti “pequeño” (ver 14. Aranguti) -tesis defendida por A. Irigoien y K. Mitxelena-, apoyada esta por variantes del mismo significado como urruti / urrutxi.

Un caso similar se nos planteará más adelante (ver 160. Olartegotxi). Y curiosamente las dos son sub-aldeas de las titulares del nombre principal y ambas se encuentran en un lugar más elevado que las primeras, por lo que el conocimiento del lugar no nos soluciona nada.

De cualquier modo, sin abandonar ninguna de las dos opciones, podemos optar tanto a parte alta de Gardea como a Gardea pequeña mientras no dispongamos de más información, siempre inclinándonos ante la duda hacia, tan bien documentada en topónimos similares, la segunda opción.

 

79. GASPARENA

Como ya veíamos (ver 27. Balintxa o 57. Enekoene), se refiere a la (casa) de Gaspar, de Gaspar, nombre propio + en “de” + a “el/la”. Curiosamente, la -r final de Gaspar debió ser de un sonido fuerte pues en 1894 nos aparece como Gasparrena.

 

80. GAZTELUZAR

Pequeña montaña, situada entre Kamaraka y Ganekogorta que hace las veces de mojón limítrofe de nuestro terreno municipal. Su nombre, también llamado Kastillozar, proviene de Gaztelu “castillo” + za(h)ar “viejo”, es decir castillo viejo.

La palabra castillo, es evolución de la voz latina castellum y significa castro pequeño.

No es de extrañar la presencia de un pequeño puesto de vigilancia en una vía de paso tan habitual antiguamente como ésta que, bordeando Ganekogorta, nos comunica Laudio con Bilbao.

 

81. GOIASKOA

Si nos atenemos a lo ya explicado (ver 34. Beaskoa), nuestro nombre se ve compuesto de goias “arriba, zona alta” + ko “de” + a “el/la” por lo que significa la (casa) de arriba.

 

82. GOIENURI

Barrio y Cuadrilla, cuyo nombre se compone de goi “alto” + “en “el más” + uri “poblado, aldea” (ver 56. Ellakuri) por lo que su significado es la aldea de más arriba.

Similar al proceso que sucede con eleiza + alde > elexalde (ver 9. Andetxaga) > elejalde al igual que derivados de leizar “fresno” > lexar dan lejar (de Lejarzo o Lejarreta) , en nuestro caso también debió producirse Goienuri > Goxenuri > Gogenuri, nombre este último con el que se ha conocido hasta no hace mucho.

Si bien recuperando la originalidad del nombre -Goienuri en vez de Gogenuri- hemos ganado algo, parece perdida la batalla del acento pues se realiza generalmente el incorrecto *Goienúri en vez del histórico *Goiénuri.

 

83. GOIKOA

El nombre de este caserío, situado en Goienuri, esta compuesto de goi “alto” + ko “de” + a “el/la” por lo que se puede afirmar que significa la (casa) de arriba.

 

84. GOIKOETXEA

Nombre extendidísimo en la toponimia vasca. Por ello nombra a tres de nuestros caseríos y a un barrio, Goikoetxe. Su nombre, de ninguna complicación, se forma por goi “alto, arriba” + ko “de” + etxe “casa” + a “el/la” dándonos el significado de la casa de arriba.

En el caso de Areta el caserío de este nombre era al parecer el final de los Caminos viejos o Bidezaharreta, por lo que parece lógico el uso de dicho nombre para designar el extremo superior de algo. Algo similar nos sucede con el situado en Gardea, por cierto de gran valor etnográfico.

 

85. GOIKOGANE

Curioso nombre el de esta montaña pues, como veremos a continuación, se repite por dos veces la información de que se trata de un monte. En efecto esta formado por goi “arriba” + ko “de” + gane “cumbre”, es decir, cumbre de arriba, como si existieran cumbres de abajo.

 

86. GOIKOPLAZA

De estructura similar a los anteriores nombres significa la plaza de arriba, probablemente para diferenciarla de la del centro del pueblo y principal.

Su análisis es goi “arriba” + ko “de” + plaza “plaza”, con el resultado que ya hemos indicado.

 

87. GOIRI

En esta ocasión tenemos un nombre creado a partir de la contracción de la forma goiuri. El mismo resultado arrojaría la unión de goi “alto” + (h)iri “poblado, aldea” pero preferimos para este segundo término la variante del occidente de nuestro país (h)uri (ver 56. Ellakuri o 82. Goienuri). De cualquier forma su significado es poblado, aldea de arriba.

 

88. GOIRIZABAL

Partiendo de lo dicho en el anterior topónimo (ver 87. Goiri) y sabiendo que el segundo término, zabal, significa “amplio, abierto”, podremos afirmar que es poblado de arriba abierto, extenso, amplio. Sólo con acudir a este bello rincón de Larrazabal comprenderemos su significado. Su pronunciación actual es Goisabal.

 

89. GOIRIZABALENA

Vecino del anterior caserío, su nombre va más allá ya que significa la aldea de arriba más amplia: de goiri (ver 87. Goiri) + zabal “amplio, abierto” + en “el/la más” + a “el/la”.

Como curiosidad, citaremos que el representante del pueblo cuando los Reyes Católicos anexionan Laudio a la provincia de Araba no era otro que Pedro de Goiriçabalen. Hoy en día esta denominación no es de uso y se hace, también, Goisabal.

 

90. GORIBIASTI

Algo más interesante, al menos desde el punto de vista lingüístico, que los anteriores analizados es este topónimo de Goienuri en el que se dan cita varios elementos de interés.

Compuesto por gori (< goiri) “aldea de arriba” (ver 87. Goiri) + be(h)eas “parte baja” + ti, sufijo locativo (ver 54. Elexagoiti) significa parte baja de la aldea de arriba. Lo interesante es que -as de be(h)eas vaya precediendo a -ti y no a -ko (ver 34. Beaskoa).

 

91. GOROSTIZA

Caserío de la zona de Larrazabal cuya traducción tiene sus equivalentes en los topónimos castellanos Acebedo o Acebal. Su origen está en gorosti “acebo” + za, sufijo que denota abundancia ya analizado (ver 9. Andetxaga). Su traducción es, por tanto, lugar de acebos. Probablemente, en una época anterior gorosti, actualmente “acebo”, se compondría de goros “acebo” -reflejado en Gorosabel, etc.- + ti, sufijo. Es un caso muy similar a otro ya anteriormente analizado (ver 9. Andetxaga).

 

92. GRANJA

Antiguo caserío hoy casi devorado por las grandes construcciones urbanísticas que le rodean. Probablemente tuvo algún nombre más genuino que el actual, tomado de la cercana granja que formaba parte de los anexos del palacio de los marqueses de Urkijo.

 

93. GURPIDE

Topónimo de la zona de Larra compuesto gur (<gurdi) “carro” + pide (<bide) “camino”, significando camino de carros.

Como podemos observar, los dos elementos que componen el nombre se encuentran algo deformados. La razón no es una descuidada pronunciación sino la correspondencia a una leyes fonéticas. Así, en el primero de los casos, pierde parte de su contenido gur(di) pero lo hace siempre que se une con otra palabra; es similar a ar(di) “oveja” + talde “grupo” = artalde. En el segundo caso la b se transforma en p tras unas consonantes que la modifican, como en errege “rey” + bide “camino” = errepide “camino real, carretera”.

 

94. HIRUKURUTZETA

Palabra de invención moderna, con buen gusto toponímico por la forma en que se realiza, y que duplica la forma Tres Cruces, barrio que toma su nombre de un pequeño monumento que allí existió.

 

95. IBAIGOTXAGA

Caserío hoy desaparecido por las obras de la circunvalación que rodean nuestro pueblo. Su nombre, un poco dado a crear confusión, es el que analizamos.

La versión oficial es la titular de este apartado pero su pronunciación popular es Igosaga. Su análisis puede partir de ibai “río, Nervión en este caso” + goi “alto” + za, sufijo abundancial (recordemos que goi + za = goxa, como se explicaba en 9. Andetxaga) + aga, sufijo locativo (ver 9. Andetxaga), es decir, el lugar de los altos del río.

Pero por otro lado ha llegado hasta nuestros oídos la versión de ibai “río” + gatzu “salitre” + aga, pudiendo traducirse como el río de la sal, recordándonos la alta salinidad de nuestro Nervión, bien conocida por los agricultores.

De esta gran duda sólo podremos salir victoriosos ayudados por el gran refuerzo de la documentación. Así, datada la forma Ibagazuaga (1876) no dudamos en mostrar nuestra preferencia por la segunda opción.

 

96. IBARGUREN

Observando la situación de dicho enclave, rápidamente entenderemos su significado límite entre vegas, extractado de ibar “vega” + guren “límite, linde”. No tenemos por que ver, lo que en opinión de algunos autores es vega hermosa (ver 13. Aranguren), más situado como está en un alto.

Con la palabra vega se denominan las tierras bajas, llanas y fértiles, por lo que casi siempre puede interpretarse como sinónimo de valle. El origen de la palabra castellana vega -así opina el gran lingüista catalán Joan Corominas y es la tesis generalmente aceptada- está en el euskara, formada a través de ibai “río” + ko/a “de”.

 

97. IBARRA

Topónimo similar al anterior formado por ibar “vega” + a “el/la”. Si queremos entender la verdadera esencia del nombre ibar (ver 96. Ibarguren) no tenemos más que acudir a este bello paraje asentado al borde del Nervión.

 

98. IÑARRONDO

Nombre compuesto por iñar -una variante junto a il(h)ar o illar- “brezo” + ondo “lado, cerca”, es decir cerca de l(o)s brezo(s). La palabra iñar, “brezo”, aún es de uso habitual entre los habitantes de Laudio, aunque no conozcan el euskara.

 

99. ISARDIO

Conjunto de caseríos en una de las laderas del monte Pagolar. Si nos atenemos a la duda planteada ante la terminación -io (ver 21. Asudio) nos encontramos ante un problema. Pero gracias a la documentación antigua, sabemos que en 1582 se documenta como Yçardui -nombre que se ha mantenido a nivel de apellido- quedando al menos solucionado el tema de la terminación.

Su composición, por tanto, sería izar + dui (ver 8. Ameztuiko), sufijo abundancial. El componente inicial, izar, ha sido muy discutido por todos los lingüistas. A. Irigoien afirma que simple y llanamente se trata de “estrella” o, quizá, “cruce de caminos”.

Por nuestra parte, lanzamos una nueva hipótesis, la de significado de agua vieja, estancada o algo similar, partiendo de *i “agua” + za(h)ar “vieja”. Que se sepa, nadie ha reparado en la supuestamente forma muy arcaica de agua *i. Pero hay varios ejemplos que lo ponen en evidencia: lur “tierra” + *i “agua” > lu(h)i (Luiçaga) > lo(h)i “barro”, *i “agua” + doi, sufijo pluralizante > idoi “charco, pozo” (en el topónimo que nos ocupa sólo hemos de intercalar za(h)ar para obtener el significado de Izardio: pozo de agua vieja), *i “agua” + urde “cerdo” > izurde “delfín”, así como iturri, itokin, ibai, ibar, ibi ihintza ihi, itsaso, izotz (de *i + hotz “frío”), etc, etc.

No es este un lugar de suficiente extensión para el desarrollo de este tema pero, en su esencia, parece de mucho interés.

En este caso se ha preferido oficializar la forma de pronunciación actual -Isardio- y no la etimológica y documental Izardio.

 

100. ISASI

Nombre al parecer compuesto por isats “retama” y quizá -dui, sufijo ya analizado (ver 21. Asudio), con significación resultante de retamal.

 

101. ISUSI

Nadie de prestigio duda al analizar este topónimo y apellido en la posibilidad de equipararlo a itsusifeo” muy documentado y usado como nombre de persona, el cual, pudo dar origen a este topónimo. Por nuestra parte preferimos añadir otra hipótesis, quizá más agradable de asimilar ante la extrañeza que nos comunica la anterior etimología: sería la de hacerla derivar de itsus(ki) “brezo” en vizcaíno arcaico. Podría ser, por tanto, brezal o similar, con un elemento final parecido al que se da en isats > Isasi (ver 100. Isasi).

 

102. ITURRALDE

Topónimo gestado a través de los componentes iturri “fuente” (ver 99. Isardio) + alde “zona, lado”. Sería por tanto zona de la(s) fuente(s).

 

103. ITURRIAGA

Nombre similar en su primer término al anterior analizado ya que se crea con iturri “fuente” (ver 99. Isardio) + aga, sufijo locativo (ver 9. Andetxaga), es decir, la fuente.

 

104. ITURRITXU

Una vez más se repite el término iturri “fuente” (ver 99. Isardio) al que se le anexiona un término txu que nos hace dudar (ver 55. Elorritxugane) entre -txu, sufijo diminutivo o -tsu, sufijo abundancial. Puede ser, por tanto, fuentecilla o fuentes, duda que mantendremos hasta comprobarlo in situ.

 

105. IZAGIRRE

Decíamos al comienzo de este trabajo (ver 1. Agirre) que agirre significaba “notorio”. Pero en unión a otros términos, como elementos atmosféricos, daban un significado de “lugar expuesto a” esa inclemencia. Por ello el primer término iza -este mismo nombre, en apellido, se documenta antiguamente como Aizagirre) sabemos que es “viento”, por lo que su significado es (casa) expuesta al viento. De este tipo son los nombres Egoagirre (hego “viento sur” + agirre), Iparragirre (ipar “viento del norte” + agirre), Eguskiagirre (eguzki “sol” + agirre), etc. que no dejan lugar a dudas.

 

106. JESURI

Ateniéndonos a lo que ya se dijo (ver 56. Ellakuri) este nombre probablemente se encuentra compuesto de Jes(ús), nombre propio de persona + uri “poblado, aldea”. Sería por tanto la aldea de Jesús. Otra posibilidad, con muchos más obstáculos para ser creíble, sería hacerlo partir de (e)(t)xe “casa” + zuri “blanca”, es decir casa blanca.

En cualquier modo conviene citar el hecho de que, por parte de los lugareños, este monte se conoce también como El Castillo, dejándonos un camino abierto a otras investigaciones de índole histórica.

 

107. JINKOENE

Caserío de Olarte cuyo nombre nos muestra ciertas rarezas. Su pronunciación actual es, como en castellano, Jinkoene y no *Yinkoene.

Su origen, aún sin conocer las formas documentadas antiguamente, a de ser la misma que Enekoene (ver 57. Enekoene) aunque se trate de cercanos pero diferentes caseríos.

La explicación que proponemos, requiere cierta atención por lo complicado del caso. Partiendo de la base probada documentalmente de que el nombre de origen se acentuaba Éneko -y no como la actualmente extendida *Enéko- se produce una evolución documentada en los nombre de persona de nuestro valle de Éneko > Iéneko (como ferrum > fierro, celum > cielo, etc.) -el paso é > ié está provocado por el acento-. De la nueva forma Iéneko > Iénego > Íñigo, es decir, con evolución vocálica é > ié > í (idéntica a castellum > castiello > castillo). Partiendo del segundo punto evolutivo, Iéneko, al añadírsele -ena/e (ver 79. Gasparena) “la (casa) de” nos resultaría el topónimo Ienekoene. El nombre Iéneko perdería además la vocal débil inmediatamente posterior a la portadora del acento, quedando Ién(e)ko > Iénko (ver 39. Beldio o 73. Gallarraga).

Posteriormente, influenciado por el castellano -suponemos que no hace demasiado tiempo, en torno al s. XVIII- pasará al sonido castellano j, (como jauna -pronunciado *iauna- “señor” pasa a jauna -pronunciado como se lee en castellano-). Tras cambiar modernamente el acento de lugar (ver 73. Gallarraga o 82. Goienuri) nos resulta el nombre del cual disponemos actualmente.

Es ésta, a pesar de lo complicado de su desarrollo, una explicación descargada de dudas y que refuerza su evolución en el hecho de la necesidad de diferenciar dos casas cercanas con idéntico nombre en origen.

 

108. JUANDEGIA

Otro nombre no menos curioso, ubicado también en el barrio de Olarte. Se trata de un nombre y apellido es decir Juan de Egia. A modo anecdótico, diremos que tanto o más sorprendente nos resulta la presencia de este idéntico topónimo en un conjunto de cabaña situadas en Leitza (Nafarroa).

 

109. KALEKO

Nombre de fácil resolución por medio de kale “calle” + ko “de”, es decir (casa) de la calle.

 

110. KALTZAGANETA

Situado en el barrio de Gardea con la fachada orientada a la actual carretera es ésta quien le dará el nombre. Proviene de Kaltzada “calzada (literalmente camino calzado, empedrado)” + gane “alto, cumbre” + eta, sufijo abundancial (ver 16. Areta). Por ello, su traducción será los altos de la calzada. Su pronunciación habitual es Kalzaganeta.

 

111. KAMARAKA

Nombre de la montaña que se convierte en el punto más alto de Laudio. Su nombre nos resulta difícil de identificar. Probablemente se compone de Kamara, quizá similar al actual kamara, “lugar cerrado” + aka, sufijo locativo (ver 17. Arexaldiaga). La hipótesis de que este último sea un sufijo nos viene apoyada por la existencia de un Kamarazabal en Zuia o, incluso, un caserío desaparecido en nuestro valle llamado Kamarako. Su significado, por tanto, la cámara(?). Pero tampoco hemos de obviar la existencia de los monbres de persona latinos Camaracum y Camarius al que se le pudo haber añadido el sufijo -aka (ver 48 Bitorika).

Curiosamente existe al norte de Chile un Cerro Camaraca, fruto quizá de algún antepasado nuestro que viajó a las Américas.

 

112. KARALSO

Su significado es cadalso, pequeña fortificación de madera para, visto el lugar que ocupa, vigilar los caminos. El paso de la r a d es similar a bidea > biria “camino”, (zilar >) zidar > zirar “plata”, (belar >) bedar > berar “hierba”…

 

113. KASTAINIZA

Nombre compuesto por Kaztaini(a) “castaño” + za, sufijo que denota abundancia. Su significado sería similar al apellido Castañar.

Respecto al primer término, sabemos que “castaño” se dice gaztainondo y no gaztaina, propiamente “castaña”, pero es habitual en euskara aceptar el nombre del fruto como el del árbol, como ocurre en sagardui, etc.

La pronunciación actual de nuestro topónimo es Kastinza.

 

114. KATUXA

Nombre de muy complicada resolución y de oscuro origen. La hipótesis que desde aquí proponemos es la siguiente: como ya veíamos (ver 9. Andetxaga o 17. Arexaldiaga) el sonido x suele originarse a través de iz > x. De ser así, remontándonos en hipotéticas formas no documentadas de Katuxa obtendríamos un anterior *Katuiza, de donde ya podemos reconocer las terminaciones -za, sufijo abundancial (ver 9. Andetxaga) y -tui, sufijo con idéntica función pero normalmente añadido a plantas (ver 8. Ameztuiko). Sólo nos faltaría la planta en cuestión.

Desde aquí se propone la forma *oka, no documentada, pero fácil de presuponer a través de la actual palabra okaran “ciruela”, en vizcaíno, compuesta probablemente de *oka “ciruelo” + aran “ciruela” (comparar con basaran o olibaran) y cuyo reflejo en la toponimia es evidente: Oka, Oketa, etc. e incluso, por qué no, Okondo.

Tras la pérdida de la vocal inicial (ver 60. Errekakoa o 134. Launtxu) obtendríamos, sin mayor problema Katuxa, cuya traducción desde aquí estimada correcta es ciruelares.

El fenómeno castellano de paso de x > j, es decir, Katuxa > Katuja, no es demasiado antiguo y es similar a Lexarzu > Lejarzo, Xabier > Javier, Axarte > Ajarte

 

115. KAUDALENA

Es evidente el final de este nombre, reconocible como otros -en(e)a ya vistos (ver 27. Balintxa o 79. Gasparena), cuyo significado era la (casa) de. Pero el primer nombre nos es difícil de situar ya que corresponde a Caudal, antiguo nombre con el que era conocido nuestro río Nervión -en aquella época el adjetivo caudal se usaba como sinónimo de principal- y no a un nombre de persona como cabría esperar.

Pero fuera de toda norma, por lo novedoso, apuntamos la evidencia -aunque extraña- de ser estar aplicado a un ser inanimado tal y como ya sugeríamos en un caso anterior (ver 47. Bisarrena).

 

116. KUKULLU

Pequeña colina enclavada en el centro de Laudio y cuyo nombre Kukullu debe significar “montaña” a la vista de la toponimia en que aparece: Kukullu: Kukullaga (San Millán de la Cogolla), Kukullugan, etc.

Su equivalente en castellano sería cogollo, también utilizado en toponimia con sentido de “pequeña montaña”. Su origen está en el latín cucullum.

 

117. KUKUZA

Nombre de caserío cuyo origen parece estar en la misma raíz kukullu del caso anterior al que se le une el sufijo pluralizante -za. No es de recibo, como alguna vez se ha escuchado, unir este sufijo propio de inanimados con kuku “cuco, ave de estancia estival” cuyo extraño significado sería varios cucus.

Por el contrario, nuestra propuesta nos ofrece la traducción, refrendada por la orografía, zona de montículos.

 

118. KUKUZEKOATXA

Nombre que recibe el monte también conocido por Elorritxugane (ver 55. Elorritxugane), en una de cuyas laderas se asienta el caserío Kukuza.

Por ello podría analizarse como Kukuza (ver 117. Kukuza) + ko “de” + (h)atx “peña” ( de (h)aitz, ver 9. Andetxaga) + a “el/la”, es decir la peña de Kukuza.

El hecho de que aparezca como *Kukuze y no Kukuza ya se explicó anteriormente (ver 12. Arane).

 

119. KURTZE

Actualmente con pronunciación Kurse, es más conocido como el txakolí de Gardea, lugar que forma ya parte de nuestra cultura popular y denominado así por existir antaño allí una txakolinería.

El topónimo que nos ocupa, debe proceder de Kurutze “cruz” tomado a su vez del latín crucem, quizá por la existencia histórica allí de un monumento de esta forma.

 

120. LAMUZA

Uno de los nombres más antiguos y enigmáticos de los que disponemos. El intentar relacionarlo con el caudillo sarraceno Muza -como han hecho algunos autores- parece de cierta falta de rigor científico por no estar documentada ni histórica ni arqueológica ni lingüísticamente la presencia de los árabes en nuestra zona.

No existiendo ninguna teoría más para explicar nuestro nombre, proponemos la siguiente: su origen sería lam(o/u), lama “barro”, palabra al parecer anterior al mundo romano, de origen desconocido y que aparece abundantemente en la toponimia del occidente de Bizkaia y Cantabria. Añadido el sufijo correspondiente, tendríamos Lam(o/u)sa, similar a los topónimos actuales Lamosa o Llamosa de Las Encartaciones cuyo significado sería similar al castellano Barrosa o a Lodosa. El paso de -s- > -z- no es nada extraño en las palabras que el euskara importa de otras lenguas (como ecclesia > eliza “iglesia”, missum > mezu “mensaje”, etc.)

Éste creemos es el origen de Lamuza, nada difícil de entender observando el terreno llano y tortuoso camino que en él realiza el arroyo Aldaikoerreka antes de morir en el Nervión.

 

121. LANDAGOIKOA

En este caso dicho nombre se nos forma a través de landa “campo” + goi “arriba” + ko “de” + a “el/la”, cuya traducción viene a ser la (casa) de arriba del campo”.

En este tipo de traducciones también es posible la traducción la (casa) del campo de arriba, por haberse utilizado dicha fórmula antiguamente. Comparar con San Juan Astobizako (ver 20. Astobiza).

 

122. LANDALUZE

Barrio alargado y prisionero entre Larraño y Kukullu cuyo nombre esta compuesto por landa “campo” + luze “alargado”, traducible como campo alargado o largo.

 

123. LANDETA

Nombre con raíz similar a los anteriores y con nombre compuesto por landa “campo” + eta, sufijo que indica pluralidad, significando por lo dicho (los) campos.

 

124. LARRA

Barrio y antigua Cuadrilla cuyo nombre surge de larre “pastizal” + a “el/la”. Sin embargo su traducción no será el campo sino campo. Esto se debe a que en vizcaíno al poner el artículo -a en un nombre que acaba en esta letra lo hace -a + a = ea, como neska “muchacha” pero neskea “la muchacha”, al contrario que otros dialectos, haciendo -a + a = a, neska tanto para “muchacha” como para “la muchacha”. Ello lleva a error a la hora de recomponer las palabras terminadas en -ea de por sí, por lo que, intentando anular la determinación del artículo, las hacen en -a. Así, tenemos lora por lorea, laba por labea o, nuestro caso, larra por larrea.

 

125. LARRABE

Caserío situado en lo alto del barrio Goienuri y cuyo nombre se forma a partir de larra “pastizal” (ver 124. Larra) + be(h)e “debajo, parte baja”. Su significado parte baja del pastizal.

 

126. LARRABETZU

Similar al anterior, se compone de larra “pastizal” (ver 124. Larra) + be(h)e “parte baja, debajo” + zu, sufijo de pluralidad cuyo significado es partes bajas del pastizal.

 

127. LARRAGIBEL

Nombre de un caserío de Larrazabal cuya composición se da por medio de larra “pastizal” (ver 124. Larra) + gibel “detrás de, espalda, dorso”, por lo que lo traducimos como detrás del pastizal. De todas formas, opinamos que, visto el significado que se le asigna de “espalda”, nos arriesgamos a la posibilidad de traducirlo por loma, montículo del pastizal más viendo el lugar y existiendo un topónimo tan ejemplarizante como Haizkibel -actual Jaizkibel-, montaña en cuyo cordal cimero aparecen unos característicos estratos rocosos.

La pronunciación corriente y actual de este topónimo es Larribel.

 

128. LARRANEKOA

Topónimo compuesto por larrain “era” + ko “de” + a “el/la”, es decir, la (casa) de la era. El nombre larrain nos aparece vacilante pues se nos presenta como larran, al contrario que el similar (ver 131. Larrinekoa) larrin.

 

129. LARRAÑO

Nombre también de gran duda y conflictividad. Algunos lo plantean como Arraño y originado a partir del nombre de persona latino Arranius. Esta teoría vendría reforzada por la documentación histórica y uso corriente en el habla popular de la forma Arraño.

Pero tampoco vemos la necesidad de erradicar la teoría, también apoyada por la documentación, que nos hace suponer un término larra “pastizal” con un diminutivo -ño, como andere “mujer” / andereño “señorita” o -no como etxe “casa” / Etxano “casa pequeña”. O, mejor aún, por qué no derivarla a partir de larrain. En efecto, si añadiendo a larrin (ver 131. Larrinekoa) el sufijo locativo -o (ver 43. Berrio) obtenemos el nombre del pueblo navarro Larrinoa, o su homónimo en Zuia, no vemos dificultad para formar con el similar larrain + o el topónimo Larraño. Lingüísticamente sería muy similar a nombres como Larrañaga, Larraineta, etc.. Otro más de los puntos sin resolución convincente de nuestra toponimia.

 

130. LARRAZABAL

Barrio y antigua Cuadrilla de las cuatro en que se componía Laudio y cuyo desarrollo lingüístico se realiza de la siguiente forma: larra “pastizal” (ver 124. Larra) + zabal “amplio, abierto, extenso”. Así las cosas, lo traducimos por pastizal extenso, amplio, cuyo significado pronto se aprecia viendo el lugar.

De su acento diremos una vez más (ver 73. Gallarraga u 82. Goienuri) que su forma original es Larrázabal, en uso minoritario en la actualidad, frente a la incorrecta y de gran avance *Larrazábal.

 

131. LARRINEKOA

Forma compuesta a partir del término larrin “era” + (e)ko “de” + a “el/la” y cuya traducción sería la (casa) de la era.

 

132. LATEORRO

Topónimo de muy difícil encaminamiento. La solución que aquí se propone no es propia de quien este trabajo suscribe sino que le fue comunicada, de modo verbal, por el lingüista de Laudio José Mª Vallejo.

Éste partía de que la forma antigua de Lateorro era Lateorrondo. Dicho nombre vendría de una metátesis vocálica -un cambio de lugar de vocales, alternándose- por lo que deducía una antigua forma *Latorreondo, subdivisible en La + Torre + ondo “cercano a”, es decir, al lado de la torre.

El hecho de tener el artículo determinado en castellano hace algo dudosa esta teoría pero, mientras no exista una opción mejor, cuenta con nuestro apoyo.

 

133. LAUDIO

Tampoco está exento de polémica el nombre de nuestro pueblo. El líneas generales, puede decirse que la teoría oficial de Euskaltzaindia -propuesta por primera vez por Meyer-Lübke y continuada por Mitxelena e Irigoien- defiende el origen de este nombre a partir del nombre de persona latino Claudius. Por otra parte, erróneamente, Caro Baroja decía provenir de Flaudio, nombre de persona medieval que, con el tiempo, se ha demostrado no existe.

La idea novedosa a todas ellas -ya defendida en otros foros por el que este trabajo suscribe- es la de hacerlo derivar del nombre de persona Laudius o, de su evolucionado Laudio, ambos documentados como tal fuera de nuestras fronteras. Este punto de partida resolvía aceptablemente las dudas existentes hasta el momento. Pero el laudioarra José Mª Vallejo se extrañaba ante la lejanía de los lugares de documentación de dichos nombres latinos.

Ante esto cabe defender la ínfima cantidad de nombre latinos conocidos: la mayoría de los que aparecen, por ejemplo, en lápidas encontradas en Araba, son desconocidos y muchos de los ya clasificados aparecerán en zonas realmente lejanas. Entonces, no hay por qué pensar que se limitan exclusivamente a la zona en donde se documentan. Añadamos, como segunda opción las modas siempre presentes de adoptar nombres lejanos como sucede en la actualidad. Por lo tanto nos reafirmamos en la validez del origen Laudius.

Para la defensa de Claudius todos estos autores citados, se apoyan en un listado en que aparecen nombres de santos en diferentes referencias toponímicas en la que, curiosamente, la forma más aproximada partiendo de Claudius es Cloyo < Claudius, ejemplo ridículo mientras no exista otro más apropiado para explicar las formas documentadas Laudio, Llodio, Lodio o Flaudio.

Ya dentro de nuestra teoría, digamos que la primera -Laudio-, guardada por la lengua vasca, surge sin problema del nombre Laudius que defendemos. Llodio sería -además del no problemático paso del castellano au>o (causam > cosa pero gauza, aurum > oro, taurum > toro…)- fruto de la palatalización de la l- inicial, esto es, su paso a ll-. A nuestro entender es éste un fenómeno típico del oeste de Bizkaia y alrededores como apreciamos en Llamosa < lamosa, Llobera < lobera, Llaguna < laguna, Llosa < losa, Llorengoz < Lorengoz, etc.

Este sonido, el de la ll-, nace en la Edad Media, no había existido antes. Por ello los escribas tienen grandes problemas de cómo escribirlo, con qué grafías. Y este es el origen de Flaudio (1095), primera forma documentada, pero que debemos leer Llaudio. La elección del sonido fl- la debió realizar por saber el escriba que llama, con sonido inicial igual, provenía de flamma. Es lo que se conoce como una “ultracorrección”. Y en el término medio entre ambas formas Laudio y Llodio tenemos Lodio, muy documentado y de uso aún en la actualidad.

Al margen de todo ello, recordemos que el nombre de nuestro pueblo se compone de tres sílabas y como tal se ha de pronunciar (Lau / di / o). Actualmente, influenciado por el castellano, suele hacerse una fusión de sonidos resultando la poco acertada denominación* Lau / dio.

134. LAUNTXU

Nombre con dificultad para ser explicado mientras no salga a la luz su documentación antigua. Como solución, proponemos un origen en (o)la “cabaña o ferrería” + (g)un(e) “lugar” (ver 176. Solaun) + txu, sufijo diminutivo o, quizá, abundancial (de (t)zu). Su traducción sería el lugarcito de las cabañas o ferrerías -también existieron ferrerías de montaña, sin ríos- o lugares de las ferrerías o cabañas.

El paso de ola > (o)la > la puede parecernos chocante pero es del todo habitual: Olabarrieta > La Barrieta, Olazar > Lazar, etc.

Digamos que ola puede también significar “cabaña”, como Artola (<ardi “oveja”, + ola “cabaña”), Bildosola (<bildots “cordero” + ola “cabaña”).

Otra opción, forjada ante las dudas por no disponer de las citadas fuentes documentales, sería hacerlo proceder Laurentzio. Pero no son más que puras hipótesis.

 

135. LEKANDA

Prestigiosos autores dicen que se trata de un nombre con raíces probablemente indoeuropeas. De hecho, se documenta en gran parte de Europa. Por ello no existe explicación aceptable para, como en nuestro caso, otros nombres similares: Lekamaña, Lekaroz, Lekeitio

En cualquier modo, es muy probable que se trate de un nombre de persona que hoy desconocemos. Decimos esto basándonos en la existencia de un apellido Lekanduri con lo que ello implica (ver 56. Ellakuri).

Quienes hacen derivar Lekanda de leka “vaina” + handi “grande” + a “el/la”, es decir, la vaina grande, debieran pertenecer más al gremio de los cómicos que al de los lingüistas.

 

136. LEKANDAZAR

En un lugar cercano al caserío Lekanda anteriormente analizado se sitúa otro con nombre Lekandazar, a todas luces originado a partir de Lekanda + za(h)ar, esto es, Lekanda viejo.

 

137. LEKUNA

Caserío en buena situación geográfica como nos lo indica el origen de su nombre, realizado partiendo de leku “lugar” + on “bueno” + a “el/la”. Su traducción sería el sitio bueno.

Vale la pena comentar que la palabra leku la toma el euskara del latín locus, con similar significado. De esta misma raíz latina evoluciona el castellano lugar.

 

138. LEZIAGA

Creemos que la oficialización de la forma Leziaga es incorrecta basándonos, entre otras cosas, en la pronunciación habitual Lesiaga. Más bien diríamos que es esta última la pronunciación de la forma correcta Lexiaga.

Esta se forma a partir de leize > lexe (para entender dicho paso ver 9 Andetxaga o 17. Arexaldiaga), con significado de “cueva, sima” al que se añade el sufijo locativo -aga (ver de nuevo 9. Andetxaga) por lo que se traduce como la cueva o sima.

La presencia de una cueva, cargada de leyendas mitológicas, hace que podamos entender mejor el significado de este nombre.

 

139. LUJA

Este nombre y similares han dado algún quebradero de cabeza a más de un lingüista. A pesar de ello no se le ha encontrado ninguna solución convincente. Pero creemos que, por nuestra parte, se ha dado con la definitiva, afirmando esto sin temor a ruborizarnos.

Partiendo de lur “tierra” obtenemos la forma lu- que adopta dicho nombre en las composiciones con otras palabras como, por ejemplo, lur + beltz “negra” + a “el/la” = Lubelza, “la tierra negra”, lur + zuri “blanca” + aga, sufijo = Luzuriaga “tierra blanca”. Añadiendo *i “agua” (ver 99. Isardio) al término citado lu- “tierra” tenemos lui “barro”, antecesor del actual lo(h)i “barro”, como fue Luiçaga forma antigua del apellido actual Loizaga.

Pues bien lui “barro” + za, sufijo abundancial (ver 9. Andetxaga) = *luiza “barrizal”. Como sabemos ya que iz > x (ver 9. Andetxaga) obtenemos luxa. Esta es la forma documentada antigua para el topónimo que estudiamos. El paso de Luxa > Luja quedó ya explicado (ver 114. Katuxa). Su significado es, pues, (el) barrizal.

Añadamos que, partiendo de la misma base, explicamos lo hasta ahora “inexplicable”: el topónimo Luiaondo, con forma incorrecta y rectificada *Luxaondo. Euskaltzaindia atribuía el origen de Luyando como Luja (caseríos que aquí estudiamos) + ondo “cercano, al lado de”, es decir cercano, al lado de Luja, explicación un poco pueril que forzó la aparición de una nueva forma indocumentada: *Luxaondo. El significado de Luiaondo, de formación [Lur + *i + a(g)a + ondo], será al lado del barrizal, muy distante de aquel al lado de Luja. Con sentido común, se corrigió tal error oficializando la correcta Luiaondo, única documentada antiguamente.Descripción: Descripción: Descripción: wpe24.jpg (44784 bytes)

 

140. LUJAMENDI

Monte en el grupo de caseríos Luja cuyo nombre se traduce monte de Luja (ver 139. Luja), de Luja + mendi “monte”.

 

141. LUSURBEILANDA

Extrañísimo nombre ya que existe un caserío Lusurbei, otro Landa y, entre ambos, el llamado Lusurbeilanda.

Para su posible origen partiremos de lur “tierra” + zuri “blanca” + behe “parte baja”, esto es parte baja de la(s) tierra(s) blanca(s). Expliquémoslo: r + z = s como lur + zahar + eta = Lusarreta, por lo que lur + zuri = lusuri. La pronunciación acentuada *Lusúribei hace que desaparezca la vocal débil (ver 107. Jinkoene) obteniendo Lusúr(i)bei > Lusúrbei. El paso de be(h)e > bei queda reflejado en la pronunciación actual be(h)ean > beian o beien “debajo”.

Respecto al caserío Landa su significado es claro: landa “campo”.

La actual pronunciación -muy descuidada- del nombre de Lusurbeilanda es Subirlanda.

 

142. LLAURIKO

Si bien a simple vista podría pensarse en un paso l > ll (ver 133. Laudio) que diese Lauriko > Llauriko, el lingüista B. Arbizu nos aseguró, de manera verbal, buscando solución a un antiguo problema toponímico, que su origen documental estaba en Llauriko < Jauregiko. Por tanto su traducción sería (casa) del palacio a partir de jauregi “palacio” + ko “de”. El nombre jauregi procede a su vez de jaun “señor” + (d)egi “lugar”, esto es lugar del señor.

Es extraño que su evolución se tuviera que detener en mitad de su proceso pues, lo lógico hubiese sido esperar un actual *Jauriko, pronunciado con sonido j castellano.

Frente a este caserío, en la otra margen del Nervión, observamos la presencia de una gran casa-torre, hoy apodada como El Palacio, posesión -si no erramos- del mayorazgo de los Salazar, y que resuelve nuestras dudas en torno al origen del nombre.

 

143. MAGALLAN

Esta forma parece estar tan corrompida que preferimos no aventurar nada sin conocer la documentación antigua, a falta de una disección evidente. Pudiera comenzar con una b > m inicial relacionándose así con pago “haya”, ser referencia a un nombre de persona, etc. por lo que, por prudencia, preferimos catalogarlo como de origen dudoso.

 

144. MAGDALENA

Caserío situado en el monte Larraño cuyo nombre casi está en desuso, siendo sustituido por el de Santa Águeda. El problema surge de la ermita a la que está adherido, cuyas advocaciones o preferencias de sus fieles parecen cambiar a través del tiempo.

 

145. MALKUARTU

Nombre muy probablemente formado a través de malkor “peñasco” + i(h)artu “seco”, es decir peña reseca, similar este segundo término a topónimos castellanos del tipo Sanchoyerto.

Restos del antiguo malkor en vez de el *malkur reflejado hoy en su nombre son la pronunciación y antigua documentación como Malkoartu.

Añadamos, a título de curiosidad, que es un barrio muy problemático por la ausencia de agua.

Otro punto reseñable es el hecho de que, a pesar de ser varios los caseríos allí asentados, carecen de nombres individuales. Esto nos da una razón más para pensar que son de creación relativamente moderna.

 

146. MARKIJANA

Hay quien veía en este nombre un topónimo de origen latino, evidenciado por su terminación -ana. Dicha teoría es totalmente válida aunque no podemos perder de vista otra posibilidad: componerse del nombre de persona Marki(z) (popular Marcos, como en Markiegi, etc.) + en “(casa) de” (ver 78. Gasparena) + a “el/la”. En cualquiera de los dos casos -latino o euskérico- obtenemos el mismo resultado, tratándose de la (casa) de Marcos.

 

147. MARTENA

Topónimo de similar estructura que el anterior. Se forma por Marti (popular Martín, como en Martiaran, Martiarena, etc.) + en “(casa) de” + a “el/la”, traducible por la (casa) de Martín. El paso ie > e del supuesto *Martiena a Martena puede ser similar al dado en Balentzi + en + a = Balentxena (ver 27. Balintxa).

 

148. MENDIKO

Caserío cuyo nombre tiene una fácil resolución a través de mendi “monte” + ko “de”, es decir (casa) del monte.

 

149. MORTERU

Al igual que nos sucedía en casos anteriores (ver 19. Armuru o 50. Casabarro) se toma el nombre a partir de los elementos constructivos empleados a la hora de realizar la vivienda. Por ello en este caso, dicho caserío llamó la atención por estar realizado con morteru “mortero, especie de cemento hecho de cal, arena y agua”, un salto evolutivo más ante las más antiguas casas, construidas a base exclusiva de madera.

El hecho de ser morteru y no mortero nos evidencia la euskaldunidad de su nombre pues, como es sabido, el castellano no admite finales en -u, cosa normal en euskara.

 

150. MOSTATXA

No conseguimos identificar el origen del nombre de este monte. Su parte final atxa (< haitza, ver 9. Andetxaga) es traducible como “la peña”, por lo que su traducción sería la peña de *most, término éste que no identificamos. Creemos que se trata de una palabra para siempre desaparecida de entre nosotros; esto se refuerza observando el topónimo ayalés Mostondo, de *most + ondo “al lado” además de Mostutxalde y Mostitxualde de Zuia. No creemos que deba relacionarse con moz(tu) “cortar”.

Esta montaña también es popularmente conocida como La Nevera por el agujero para explotar este elemento que allí se hizo.

 

151. MOTXOTEKALE

Este nombre no es de evidente resolución, por lo que habremos de aventurarnos, una vez más, en el terreno de las hipótesis.

A nuestro entender se debe separar en motxo + te + kale. Al primero de los términos, quizá el más conflictivo, lo relacionaremos con molintxo “molinchín, molino pequeño” con pérdida de parte de sus sonidos: molintxo > mo(lin)txo > motxo. La pérdida de esta sílaba viene forzada por el acento de la sílaba anterior (ver 141. Lusurbeilanda), *mólintxo -comprobable viendo la acentuación del topónimo *Bólio, en Laudio, o la misma palabra de origen *muéla (<mólam)-.

Nuestra teoría se refuerza por la presencia histórica en dicha zona de unas antiguas aceñas -molinos de ruedas verticales metidas en los ríos que dejan restos toponímicos como bolin (molin “molino” + ibar “vega” = Bolibar) o molin (idem, Molinibar)-.

Siendo el ultimo componente kale “calle”, no tenemos una explicación de peso para el intermedio -te-, dada la extrema degeneración del nombre.

Su supuesta e inconclusa traducción sería calle de (¿*te?) de la aceña.

 

152. NERBIOI

Ajuste moderno del nombre Nervión. Dicho nombre, Nervión, no cuenta con tanta raigambre como se le supone; de hecho, en su parte inferior era conocido como Ibaizabal. En nuestro pueblo como Caudal -término sinónimo según nos demostró J. C. Navarro de “principal”- (ver 115. Kaudalena).

El nombre Nervión parece tener su origen en su lugar de nacimiento, la Peña Nervina, cuyo topónimo relacionan algunos autores con las tribus indoeuropeas de los nervii. Además, nuestro río, en la documentación de los geógrafos romanos, fue Nerva.

En cualquier caso podemos asegurar con rotundidad que no es un nombre de origen vasco, más si lo comparamos con el río Nervia italiano o la minera población de Nerva (Huelva).

 

153. NIKOLASENA

Nombre similar a otros estudiados (ver 78. Gasparena) formado por Nikolas + en “(casa) de” + a “el/la”, es decir, la (casa) de Nicolás.

 

154. ODEIBAR

Este topónimo se forma por medio de ode(a) ( > odei,> odi, como elez > eleiz > eliz “iglesia” o lezar > leizar > lizar “fresno”) “barranco”. Si añadimos a la forma evolucionada odei el término ibar “vega” (ver 96. Ibarguren), podremos traducirlo como vega del barranco.

 

155. ODIAGA

Nombre formado por ode > odi (ver 154. Odeibar) “barranco” + aga, sufijo (ver 9. Andetxaga), traducible por el barranco.

 

156. OKELURI

Este topónimo debió gestarse a través de los componentes oker “torcido” + uri “aldea” (ver 56. Ellakuri), es decir, aldea torcida, similar al topónimo castellano Villatuerta, aunque por ello no desechemos la posibilidad de que el primer término pudiera tratarse de un nombre de persona.

Por asimilación con la cercana u ha solido pronunciarse como Okuluri, pasando la e > u. Por ello no conviene pensar en soluciones en las que este cambio se dé en dirección contraria, bastante improbable.

En cualquier modo, el acento tradicional en *Okéluri está siendo sustituido por *Okelúri.

 

157. OLAKO

Formado por ola “ferrería” + ko “de”, pudiendo traducirse (casa) de la ferrería, confirmado por la presencia en dicho lugar de una antigua ferrería.

 

158. OLARIAGA

Curioso nombre que significa (lugar del) ferrón -trabajador de la ferrería-. Para ello se parte de olari “ferrón” + aga, sufijo (ver 9. Andetxaga). El término olari, a su vez, procede de ola “ferrería” + -ari, sufijo que denota trabajador en la materia anterior.

Ante la extrañeza de su ubicación, no nos cansaremos de repetir que las primeras ferrerías se situaban en los montes.

 

159. OLARTE

Barrio y antigua Cuadrilla -una de las cuatro divisiones administrativas en que se dividía Laudio-, cuyo nombre puede analizarse pasando por ola “ferrería o cabaña” (ver 134. Launtxu) + arte “entre, zona intermedia”. Por ello lo traduciremos como entre ferrerías o entre cabañas. Cada cual elija su opción, mientras no dispongamos de elementos que nos hagan decantarnos a favor de una u otra forma.

 

160. OLARTEGOTXI

Pequeño conjunto de casas en la parte superior de Olarte y algo distanciadas de este último término. Si nos atenemos a lo ya explicado (ver 159. Olarte y 78. Gardeagotxi) lo traduciremos como Olarte pequeño o parte alta de Olarte, prefiriendo -sin prescindir de la segunda posibilidad- la primera.

 

 

161. OLETA

Nombre formado a través de ola “ferrería o cabaña” + eta, sufijo pluralizante. Su significado puede ser tanto las ferrerías (ver 158. Olariaga y 134. Launtxu) como las cabañas.

Aunque actualmente su uso se realice Oleta, si nos atenemos a la etimología y a la documentación antigua, su forma correcta es la de Olaeta.

 

162. ORBEKO

Este topónimo se compone por medio de orbe “solar” + ko “de”, es decir, (casa) del solar.

Hay quien relaciona la palabra orbe con la latina urbem, pero preferimos pensar en la posibilidad de derivarlo de *or “¿montaña?” (comparar con Orozko, Oro, Ori, Orduña, Oroel, etc.) + be(h)e “parte baja”.

En cualquier caso, las variantes que la palabra “solar” suele mostrar en toponimia son orbe, orue u oribe.

 

163. ORUETA

Nombre formado a través de orue “solar” (ver 162. Orbeko) + eta, sufijo pluralizante. Su significado, (los) solares.

 

164. OSTEIKO

Este caserío forma su nombre por medio de la conjunción de los términos oste “parte trasera”, en vizcaíno + a “el/la” + n “en” + (e)ko “de”, significando (casa) de la parte de atrás.

Su evolución sería oste(a)n + eko = oste(n)eko > osteeko (pérdida de la -n- como Galdakano > Galdakao). Al encontrarse las dos -ee- se diferencian entre sí (ver 141. Lusurbeilanda) formando -ie-, forma final de Osteiko.

 

165. OSTENKOA

Nombre muy similar al anterior pero formado por oste “detrás” + a “el/ella” + n “en” + ko “de” + a “el/la”. Por ello nos surge osteankoa y de ahí Ostenkoa. Su traducción sería la (casa) de en la parte trasera, traducción que se entiende perfectamente visitando el caserío -actualmente conocido como Ostenko- situado inmediatamente detrás de otro.

 

166. PAGOLAR

Única cumbre de importancia integrada en su totalidad en Laudio. Toma su nombre de pago “haya” (del latín pagus) + larre “pastizal”, es decir, pastizal de las hayas. Pierde su -e final (Pagolarre > Pagolar) por influencia del castellano, como sucede con Egiluz ( < egi “ladera” + luze “alargada). En su pronunciación vulgar ha solido darse una evolución Pa(g)olar > Paolar > Paular -forma ésta bien documentada, incluso en cartografía-, similar a la dada en txa(b)ola > txaola > txaula.

 

167. PALANKA

Cuesta situada en lo alto de Goienuri, en la subida al alto de Garate, cuyo nombre no conseguimos identificar sino con la misma palabra palanka “palanca, barra de hierro”, desconociendo los motivos históricos que propiciaron su acepción. A pesar de ello su reflejo en la toponimia es notable, especialmente denominando los lugares en que se realizaba cierto juego con ellas: Balankaleku, Palankategi, etc.

En cualquier modo, tampoco existe problema alguno para hacerlo derivar del nombre latino Palanius al que le añadimos el sufijo -ika, similar a lo sucedido en otros casos de claro origen romano (ver 48. Bitorika). El paso con pérdida vocálica de *Palánica > Palanca vendrá dado por la situación de la vocal desaparecida tras el acento como tantas y tantas veces hemos visto ya (ver 39. Beldio).

 

168. POLETXE

Topónimo cuyo origen no conseguimos descifrar, probablemente por no disponer de las imprescindibles formas antiguas documentadas. Es evidente la parte final etxe “casa”. Para el primer término, quizá, poilu, en vizcaíno, “base o cimiento de los caleros”.

A pesar de ello, en la documentación de que disponemos, se da alguna vez la variante Oleche / Poleche en cuyo caso resolveríamos el problema a través de ola “ferrería” + etxe “casa”. Con todo, preferimos no aventurar demasiado por el riesgo evidente de errar estrepitosamente.

 

169. PRESAKO

El nombre de este caserío se toma de presa “presa, barrera artificial para la retención del agua” + ko “de”, es decir, (casa) de la presa, haciendo referencia a la hoy inexistente presa que allí hubo. Su fin era la toma del agua necesaria para activar los martinetes -pesados mazos de hierro movidos por agua- de la ferrería de Gardea.

 

170. REBIS

Extraño topónimo cuyo final en -is nos desconcierta (ver 52. Dubiris). Suponemos, además, que la r- en posición inicial no es propia de los antiguos habitantes de la zona (ver 60. Errekakoa). Por ello, quizá pueda ser una mutilación de, por ejemplo, larre “pastizal” > (la) rre > re-, al igual que sucede en los topónimos Rea (de Larrea), Reineta (de Larraineta), etc. o simplemente de erre “quemado”, como Remendia < Erremendia.

 

171. SAGASTI

Nombre de moderna creación para traducir el barrio denominado como El Manzanal.

 

172. SALABARRI

Este nombre se compone de sal(h)a “casa” + barri -variante vizcaína de berri- (ver 67. Etxebarri) “nuevo”, es decir, casa nueva. Su equivalente y similar topónimo del castellano es Salanueva; lo opuesto en euskara sería el nombre Salazar.

 

173. SANDARRIAGA

Nombre curioso el de esta zona en lo alto de Gardea. A pesar de existir la posibilidad de estar relacionado con las etimologías popularmente extendidas que lo derivan de zaldi “caballo” o sautu “bosque” -se documenta como Saltarriaga- etc., también pudiera tratarse de sandarri “estela funeraria” + aga, sufijo. El primer término provendría de sainda “santa” + harri “piedra”.

Sin que ello afecte para nada a lo expuesto, la pronunciación habitual es Santarriaga y no la ultracorrección oficializada Sandarriaga.

Desconocemos si existió tal estela, humildes monumentos populares que eran situados en los caminos, precisamente en un lugar por el que pasaba una supuesta calzada (ver 65. Estartako).

 

174. SAPUETA

Nombre del arroyo que baja de Larrazabal. Realmente, se conoce con dicho nombre una fuente situada en su nacimiento, entre los caseríos Lekanda y Ostenko.

Su origen resulta muy dudoso, siendo reconocible el sufijo pluralizante -eta. Su primera parte resulta muy dudosa, pudiendo referirse -con muchas reservas- a zapu “sapo”. Quizá más creíble sería hacerla partir de *izar “agua estancada” (ver 99. Isardio) + [putzu “pozo”] o [pe (<behe) “debajo” + (g)une “sitio, lugar”] + eta, sufijo abundancial. Apoyando la teoría de un posible *izar “agua estancada”, disponemos del topónimo de un pozo estancado en Malkuartu, de nombre Sarposo (< izar + pozo). Pero todo ello no dejan de ser suposiciones para un nombre Sapueta, lingüísticamente muy corrompido.

 

175. SOLAUN

Con este nombre se conocen dos caseríos: uno en el barrio de Gardea, junto a la carretera y otro, hoy en día totalmente arruinado, en la ladera sur del monte Pagolar.

El significado inequívoco de este nombre es lugar del huerto/s, prado/s. Su evolución se produce partiendo de solo “prado, huerto” (del latín solu(m), de donde surge el castellano suelo) + (g)une “espacio, lugar.

La palabra solo -o su derivada soro-, en composición hace sola, evolución ya explicada (ver 30. Basalarrina). Por otro lado apreciamos la pérdida de la última vocal de une > un, también ya comentado (ver 166. Pagolar).

 

176. SOLOZELAI

El primer término de este nombre es solo “huerto, prado”, idéntico al del caso anteriormente analizado pero, por ir acompañado de un adjetivo y no de un sustantivo, mantiene su forma original solo y no la de composición sola.

El segundo elemento, zelai, puede significar “campo” pero también “llano, liso”. Por ello, al ser necesariamente un adjetivo, podemos afirmar que la traducción de Solozelai es huerto, prado llano.

 

177. SUGESU

Una vez más, desconociendo la documentación histórica de este nombre, su significado nos resulta un tanto dudoso. Podría pensarse en suge “serpiente” pero parece inaceptable. La única opción mínimamente seria, sería la de asimilarlo a al topónimo Zuazu, es decir, partiendo de una composición de Zugatx (< zugaitz) “árbol” (ver 17. Arexaldiaga) + zu, sufijo abundancial. En este caso su traducción sería arboleda.

Las variantes zuhaitz / zugaitz, sólo pueden ser explicadas a través de un componente zur “madera”, con final en -r, al igual que sucede con ur “agua” en Uharte / Ugarte.

 

178. TAPIA

Caserío más conocido con el sobrenombre Jota y donde se ubica el último molino en funcionamiento de nuestro valle.

El origen de tal topónimo lo situamos en tapia “pared”, quizá debido a lo reseñable de aquella supuesta construcción (ver 145. Morteru).

 

179. TARDAMONTE

Nombre cuyo final probablemente sea traducción del término mendi, hecho este de traducir, muy en boga en otras épocas. Su motivo, probablemente, el mayor prestigio de la lengua castellana (ver 4. Altamira).

Por el contrario, su primer componente implica el conocimiento del euskara por tratarse de estarta “estrada” (ver 65. Estartako), por cuyas laderas -las del monte Tardamonte- pasaba dicho camino.

En cualquier modo, hay una pérdida de sonidos iniciales, estarta > tarta (documentada a través de los topónimos 65. Estartako de Laudio y Tartako de Luiaondo) y una posterior sonorización tarta > tarda, quizá -aunque no necesariamente- influenciada por el castellano.

 

180. TELLERIA

Zona del barrio de Gardea, conocida como Tejería, en la que debieron fabricarse tejas, pues este es su significado fábrica de tejas. Su nombre proviene del romance y vasco tella, punto intermedio en la evolución a partir de la forma latina tegulam > tella > teja. Entre otras cosas, el no haber tomado el euskara la forma original -un hipotético *tekula- indican que fue más tarde, en el medievo, cuando se introdujo la palabra que denomina este elemento constructivo.

Para entender el paso de la forma Telleria a la actual Tejería, compárese con muller > mujer, ovella > oveja, etc. (ver 114. Katuxa).

 

181. TORREJON

Topónimo de origen puramente castellano que significa torrejón, torre pequeña, nombre que, una vez más, nos habla de la importancia de controlar los caminos y mercancías en otras épocas (ver 112. Karalso, geográficamente cercano a Torrejón).

 

182. TORRELANDA

Nombre formado a partir de torre “torre, construcción defensiva” + landa “campo”, significando campo de la torre. Dicho topónimo hizo pensar al historiador K. Sojo en la presencia de una antigua casa-torre.

 

183. TORRETXU

De nuevo reaparece el elemento torre para la formación del topónimo. En esta ocasión, se acompaña del sufijo diminutivo -txu que varias veces nos ha hecho dudar (ver 55. Elorritxugane, 104. Iturritxu y 134. Launtxu). Mas en esta ocasión afirmaremos que es el diminutivo por lo cual, la traducción será similar al topónimo castellano Torrecilla y traducción equivalente a 181. Torrejón.

 

184. TXABARRI

Nombre similar a otro ya estudiado (ver 67. Etxebarri) por lo que adelantamos su resultado: casa nueva, como el topónimo castellano Casanova.

De todas formas pierde el sonido inicial, etxabarri > txabarri, fenómeno muy normal (ver 60. Errekakoa) como sucede, por ejemplo, con Lizarazu (de eliz “iglesia” + (h)aran “valle” + zu, sufijo).

 

185. TXAPOTENA

Si nos atenemos a lo dicho en otras ocasiones (ver 27. Balintxa y 78. Gasparena) podríamos deducir su origen por Txapot + en(e) “casa de” + a “el/la”, es decir, la (casa) de Txapot. No nos vemos capaces de solucionar con firmeza el primer término, surgido quizá de un apodo: comparar con Txope < Lope, en Txoperena.

 

186. TXIRRITA

Nombre probablemente procedente de etxe “casa” + erre “quemada” + eta, pluralizante y con un significado de (las) casas quemadas.

El paso de etxe > txe, con pérdida del sonido vocálico inicial ya se vio en otra ocasión (ver 184. Txabarri). Además, al juntarse dos vocales idénticas (e)tx-ee-rre, debían a la fuerza personalizarse, probablemente a través de ee > ie -documentado Chirrieta en todo el siglo pasado- (ver 141. Lusurbeilanda) para solamente quedar la i, de forma similar a -sin ser el ejemplo más adecuado- castiello > castillo (ver 107. Jinkoene).

Como apreciamos, son varios los restos de aquellos trágicos sucesos en los que, siendo las casas de madera, pronto se pasaba del todo a la nada (ver 68. Etxerre).

 

187. UGARTE

El nombre de este populoso barrio de Laudio de compone de los elementos ur “agua” + arte “entre, terreno intermedio”, siendo su significado (terreno) entre aguas, muy similar al castellano Entrambasaguas.

Ya decíamos (ver 177. Sugesu) que la palabra ur- “agua”, en composición, puede adoptar las formas ug- o uh-, reflejadas en los topónimos de idéntico significado Ugarte / Uharte.

 

188. UNTZUETA

Esta montaña con forma de cono volcánico que cierra nuestro valle no pertenece propiamente a nuestro municipio pero su cercanía y su inevitable gran presencia visual hace que se sienta como propia, por lo que se incluye en el presente trabajo.

En su composición forman parte untz “hiedra” + (g)un(e) “lugar” + eta, sufijo pluralizante, siendo su significado (las) zonas de hiedras, quizá refiriéndose a los muros del castillo medieval que en su cumbre existió.

Con la palabra untz “hiedra”, se forman otros topónimos tan conocidos como Unzaga, Unzué, etc.

 

189. URRUTXI

En otra anterior ocasión (ver 78. Gardeagotxi) comentábamos la presencia del doblete urruti / urrutxi “lejano” que daría significado a nuestro topónimo.

A pesar de ello, Mitxelena documenta en épocas medievales y en Navarra la equivalencia del término urruti con “al otro lado”. Por ello, preferimos dar por buena la traducción (casa) de al otro lado.

 

190. YERMO

Paraje de antiquísimo y oscuro origen cuyo nombre va retrocediendo a favor de Santa Lucía, titular de una ermita allí situada.

El nombre Yermo proviene del castellano yermo “zona desierta, deshabitada”, tomado a su vez del latín eremus, con idéntico sentido. El euskara, por contra, lo prende directamente de esta forma latina por lo que lo realiza como er(e)mu (muy visible en el topónimo Ermua).

El paso de eremu a yermo, viene dado por un desdoblamiento de la vocal acentuada (ver 107. Jinkoene) y correspondiente pérdida de vocal posterior a la acentuada (ver de nuevo 107. Jinkoene), es decir, *éremu(s) > *iér(e)mu > *iérmu (=Yermo). Apreciamos, además el cambio de su vocal final u > o, por no aceptar el castellano el sonido -u en posición final.

 

191. ZABALA

Nombre compuesto por zabal “amplio, extenso, abierto” + a(g)a “el/la”, por lo que significa (lugar) amplio, abierto.

 

192. ZABALBIDE

En esta ocasión, similar a la anterior, el término zabal “amplio, abierto, extenso” forma parte con bide “camino”. En contra de lo que pudiera pensarse, su significado no es camino amplio, ancho sino, ateniéndonos a la posición normal de los adjetivos (ver 28. Baltxerreketa), camino del (lugar) ancho, espacioso.

 

193. ZABALE

Topónimo sinónimo de Zabala (ver 191. Zabala) pero con la vocal final cambiada a -e, lo que puede presuponer la existencia de un antiguo Zabaleko (ver 12. Arane).

Su significado será, entonces, (la casa del) lugar amplio, abierto.

Con este nombre se conocen, al menos, tres caseríos de nuestro pueblo.

 

194. ZENAGORTA

Curioso nombre de caserío pronunciado hoy en día Senagorta y que podría proceder del nombre de persona medieval Zean -bastante usado en toponimia, como en el vasco Zeanuri o el castellano Villacián- unido al termino gorta “corraliza, establo” (ver 26. Azpigorta), traducible por el corral, establo de Zean.

Aunque no es lo más habitual que gorta aparezca unido a un nombre de persona, sí se documenta abundantemente. Los ejemplos más clarificadores, los apellidos Agirregomezkorta o, el similar al nuestro, Zenegorta. Similar en esta estructura sería Alonsotegi, de Alonso + tegi “cabaña”.

 

195. ZENAGORTAGANE

Zona montañosa en la parte superior del caserío Zenagorta (ver 194. Zenagorta) cuyo nombre se compone por el citado Zenagorta + gane “alto, cumbral”, es decir el alto de (la casa) Zenagorta.

 

196. ZOILOA

Extraño nombre que proviene del latín Desolium, origen del castellano desolado. Posteriormente perdió su primera parte -atestiguado en el pueblo ayalés Sojo, del mismo origen lingüístico, y documentado por primera vez (año 864) como Desolio-. Del resultante solio toma el euskara la palabra soila, “calva, terreno sin vegetación” y será el origen de nombres como Sojo o Zollo.

La evolución de la palabra fue desolium > desolio > solio > sollo > sojo.

El euskara, -el caso de nuestro topónimo- lo toma de un punto evolutivo anterior como ya se vio alguna vez (ver 180. Telleria).

Por tratarse de vascoparlantes, el sonido s- inicial lo transformarían a z-, como en saco > zaku, sopa > zopa, etc.

De ahí, de sollo, obtenemos el nombre zollo, al que se le ha añadido el artículo -a “el/la”, significando, en conjunto, el desolado, el yermo.

El intentar restablecer el sonido ll a través de il, como vemos en la forma oficial escrita, es un craso error, máxime en una zona donde dicha equivalencia no se realiza (mutile pero no mutille). Su oficialidad, por tanto, debe recuperar la forma Zolloa, aunque actualmente se pronuncie Solloa.

 

197. ZUBIAUR

Este nombre enclavado en el corazón del casco urbano de Laudio proviene de zubi “puente” + aurre “delante, parte delantera”, traduciéndolo por (parte) delantera del puente, muy creíble por encontrarse cercano al Nervión.

La pérdida de la -e final, pasando de Zubiaurre a Zubiaur ya se comentó en otras ocasiones (ver 166. Pagolar).

 

198. ZUBIKO

Nombre también cercano al Nervión cuya traducción es (casa) del puente, a partir de zubi “puente” + ko “de”.

 

199. ZUMELTZA

Toman parte en la composición de dicho término los elementos zumel “carrasca, coscoja” + za, sufijo abundancial. Por ello su traducción sería carrascal, muy extendido también en toponimia castellana. Popularmente se conoce como Sumelsa.

 

200.

Hemos querido reservar este honorífico lugar para y en representación de todos aquellos nombres de huertos, campas, etc. pertenecientes a la toponimia menor que no han podido entrar aquí. Nombres, muchos cargados de curiosidades lingüísticas, que probablemente desaparecerán muy pronto del uso diario. Esperando una ocasión más propicia y, para recordarlos, ofrecemos este pequeño huequecito de honor a todos aquellos Urkullutu, Sarraleko, Bagoste, Arrigurdin, Pikubiarte, Dibidaur, Lugorri, Lopesa, Biskerra, Talea, Presatxu, Hobikola, Mintigita, Mugarriluze.


BIBLIOGRAFIA

 

AZKUE, RESURRECCIÓN MARÍA

-Diccionario Vasco - Español - Francés

 

BELAUSTEGIGOITIA, GENTZA

-“Areta” en Olentzero - 1996.

-Sustraia (varias) en ZUIN

 

BELASKO, MIKEL

-Diccionario etimológico de los nombres de los pueblos, villas y ciudades de Navarra.

 

COROMINAS, JOAN

-Breve diccionario etimológico de la lengua castellana.

 

GARCÍA DE SALAZAR, LOPE

-Las bienandanzas e fortunas.

 

SCHULZE, WILHELM

-Geschichte lateinischer Eigennamen

 

IRIGOIEN, ALFONSO

-De re philologica linguae vasconicae III y IV

-En torno a la toponimia circumpirenaica

 

LAUDIOKO EUSKALTZALEEN BATZARREA

-Basalarrinako ohiartzuna (varias)

 

LAUDIO UDALA

-Provisión Real de los Reyes Católicos por la que mandan…

 

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-“Pueblos alaveses” en Boletín de la Institución “Sancho el Sabio”, 1996.

 

MITXELENA, KOLDO

-Apellidos vascos

 

MUGURUZA, FÉLIX

-Apuntes etnográficos del valle de Llodio: ferrerías, caleros, molinos y neveras.

-San Juan-1995

-“Laudioko baserriak” en Olentzero - 1995

 

SOJO, KEPA

-Colección BAI (varios)

 

VALLEJO, JOSÉ MARÍA

-El poblamiento antiguo de Llodio-Laudio y el origen del topónimo.